Cultura

Versos con ‘swing’ y saxos consonantes

Juan Ignacio Guijarro publica en Vandalia ‘Fruta extraña’ sobre la poesía y el jazz.

el 24 dic 2013 / 00:44 h.

15361421La Fundación José Manuel Lara, a través de su colección Vandalia, ha querido terminar el año con una propuesta muy especial: una antología de poesía relacionada con el jazz que ha visto la luz con el título Fruta extraña bajo el cuidado del sevillano Juan Ignacio Guijarro, quien firma además un revelador prólogo. Cerca de 130 autores, desde principios de siglo a nuestros días, integran esta selección que atraerá por igual a amantes de los versos y a aficionados a la música. “Todo surge a partir de una propuesta del director de la colección, Jacabo Cortines, que conocía la antología de poesía y jazz que había hecho Litoral en 2000, y creía que podía ampliarse a muchos más autores y poemas”, recuerda Guijarro. “Bastó meterse un poco en materia para que esas previsiones se confirmaran”. El proceso de selección incluyó criterios como un baremo mínimo de calidad, representatividad de los autores, épocas, tendencias, generaciones, e inclusión de poemas en otras lenguas cooficiales, en concreto en catalán –“porque Barcelona ha sido siempre el epicentro del jazz en España”– y en gallego. “El jazz llega a España en el año 1919, procedente de Francia”, explica el antólogo. “Entonces empezaron a aparecer los primeros poemas con referencias vagas y puntuales, que empleaban todavía expresiones como jazz-band o fox-trot, las mismas que serían progresivamente desplazadas. Lo cierto es que esa nueva música será muy bien acogida por ser divertida, frívola y bailable”, agrega. Esa recepción fue similar a la que le dedicaron los poetas, siempre atentos a cuanto de novedoso llegara de la música o el cine desde más allá de nuestras fronteras. Tan fue así, que el mismísimo Ramón Gómez de la Serna fue el presentador de la primera película sonora estrenada en España, El cantor de jazz, saltando a escena con la cara pintada de negro. Pero no sería hasta la formidable irrupción de la generación del 27 cuando el jazz fuera abordado desde el verso “con mayor enjundia y complejidad” según Guijarro. Desde el FedericoGarcía Lorca que disfruta del jazz en Harlem y plasma sus impresiones en Poeta en Nueva York, hasta el Jorge Guillén que en su poema Los negros hace un guiño a Louis Armstrong, “Tradicionalmente se ha dicho que el jazz desaparece en España con la Guerra Civil, y en cierto modo lo rechazan los dos bandos, y aun durante la posguerra seguirá sin entrar en las tendencias oficiales”. Ello no impediría que escritores más o menos marginales, desde Salvador Espriu a Carlos Edmundo de Ory, pasando por Miguel Labordeta o Juan Eduardo Cirlot, se ocuparan de un modo más o menos explícito de esta música en su poesía. Sin embargo, sería Gabriel Celaya el primer autor español en dedicar un libro completo al jazz. Fue en la colección El Bardo, en el año 1967, y se titulaba Música de baile. Todo este recorrido lo va haciendo Guijarro saltando de Blas de Otero a Francisco Brines, y de ahí a Antonio Gamoneda y su homenaje a Billie Holiday, quien popularizó –dicho sea de paso– la pieza Strange fruit que da título al volumen. “Cuando llegan los novísimos, con Pere Gimferrer a la cabeza, se produce la eclosión definitiva. José María Álvarez, Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, permiten que en los últimos 30 años haya cada vez más unión entre jazz y poesía, y los escritores van demostrando que cada vez saben más”, explica el antólogo, quien asegura que los músicos más homenajeados son Charlie Parker y Billie Holiday, aunque ChetBaker también acabará haciéndose muy presente. Como curiosidad, cabe señalar que el poeta que más se ha ocupado del jazz en España es el barcelonés Joan Margarit. El más veterano de los antologados es Emilio Carrere, y el más joven Rodrigo Olay, nacido en 1989.

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