La preocupación de los ciudadanos por el paro ha vuelto a marcar un nuevo récord, al ser considerada ya su mayor inquietud por el 76,2% de los españoles, más de tres de cada cuatro encuestados en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente a marzo.
Si en el barómetro de febrero el desempleo había bajado una décima y se situaba como principal preocupación para el 75,2% de los encuestados, ahora el porcentaje ha subido un punto, siendo un nivel insólito en las encuestas elaboradas por el CIS.
Al mismo tiempo, en este muestreo, donde los problemas económicos figuran en segundo puesto (citados por el 52%), y el terrorismo en tercer lugar (con un 19,4%), los españoles mantienen su pesimismo sobre la situación económica, porque el 75% la califica de "mala" o "muy mala".
La encuesta, confeccionada a partir de 2.475 entrevistas entre el 4 y el 12 de marzo -antes, pues, de que se conociera que España había superado los 4 millones de parados-, revela que a la par que sube la inquietud ciudadana por el desempleo, baja 2,4 puntos la referida a "los problemas de índole económica".
Repite el terrorismo en el tercer puesto, aunque también con menor porcentaje, porque si en febrero lo mencionaba el 20,6% ahora es el 19,4%, y lo mismo ocurre con la inmigración en el quinto lugar: en el cotejo anterior era citada por el 16,4% y durante marzo pasado, por el 14,4%.
Más abajo de la tabla cambia la posición estadística de la vivienda, que con un porcentaje del 11,3% pasa al sexto puesto y cede el quinto a la inseguridad ciudadana, una gran preocupación a juicio del 13,1% de los encuestados, en parte también derivada de las secuelas de la crisis. El último porcentaje computado para la delincuencia era del 11% -ha subido 2,1 puntos en un mes-.
Cuando el CIS pregunta a los españoles por el problema que más les afecta personalmente, vencen las dificultades económicas (43,6%), seguidas del desempleo (37,6%) y la vivienda (11,4%).
La percepción sobre la situación de la economía española sigue siendo pesimista, aunque con ligeras mejorías en algún aspecto. Sólo el 3,4% dice que es "buena" o "muy buena" (antes, el 3%), el 21,2% la califica de "regular" (21,7% en febrero) y el 75% opta por tacharla de "mala" o "muy mala", un dato peor que el del último muestreo (74,6%). Dentro de un año, el 37,2% vaticina que empeorará (son 2,1 puntos menos que en febrero).
