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Víctor contra Eusebio: el duelo de las buenas maneras

El domingo se enfrentarán el Celta de Eusebio Sacristán y el Betis de Víctor Fernández. Son los técnicos que más apuestan por el fútbol de toque y ataquede toda la categoría.

el 13 abr 2010 / 20:25 h.

Víctor Fernández y Eusebio Sacristán.
No han sido compañeros en ningún vestuario, no han compartido el curso de entrenador y nunca fueron futbolista y técnico en el mismo equipo, pero entre Víctor Fernández y Eusebio Sacristán se intuye cierta empatía desde el minuto uno. Uno, el entrenador del Betis, defensor del fútbol de ataque y del cariño al balón. Otro, el entrenador del Celta, antecesor de Guardiola o Xavi en el mítico Barcelona de Johan Cruyff y elegante exponente del fútbol de toque y triangulación también ahora que se sienta en un banquillo. Su equipo, de hecho, seguramente ha sido el que mejor ha jugado al balompié en Heliópolis en lo que va de temporada. Y el domingo, en Balaídos, se verán los dos y medirán cuál de los equipos es más brillante que el otro. Es el partido de las buenas maneras, que al Betis sí le han servido para propulsarse en la clasificación pero que al Celta le son insuficientes para huir de la zona peligrosa.

Víctor y Eusebio son de la misma escuela, aunque esto sea una simple metáfora porque, evidentemente, no fueron juntos al colegio. El maño es tres años y medio mayor que el vallisoletano, que ayer cumplió 46, y a los 30 ya era entrenador de Primera en el Zaragoza. A esas alturas, 1990, Eusebio llevaba siete campañas en la división de honor: cuatro como futbolista del Valladolid, una en el Atlético y dos en el Barcelona. De azulgrana siguió vistiendo hasta 1995 y después se marchó al Celta, donde permaneció un par de campañas. En ellas le dio tiempo de disputar aquella famosa semifinal de Copa ante el Betis, decidida con un gol de Bjeliça en la ida y otro de Alexis en la vuelta. El fino centrocampista sólo jugó el choque del Villamarín, que casualmente es el campo que acogió su debut en Primera. Bueno, pues al año de irse de Vigo llegó a la ciudad gallega Víctor para dar a los celestes cuatro años de casi continuas satisfacciones. Allí estuvieron a punto de confluir sus carreras. Luego, la de Eusebio se acabó en el Valladolid, de vuelta a su club natal antes de dedicarse a entrenar, y la de Víctor pasó por el Betis, el Oporto y también otra vez el Zaragoza.

El Celta de Víctor fue uno de los conjuntos que mejor jugó al fútbol en los últimos años del siglo XX. El Celta de Eusebio es uno de los que mejor juego ofrece en Segunda. El Betis, excepción hecha de la era Tapia y de los tres últimos partidos, es otro de ellos. El ideario es el mismo, pero los hombres que lo ejecutan no. El Celta no tiene la inmensa pegada de la que disfruta el Betis y por eso está donde está, a sólo cuatro puntos de la zona de descenso. Pero su filosofía, la filosofía de Eusebio, es muy del gusto de Víctor. Así se refería el aragonés al asunto en noviembre, en una entrevista en el diario As: "Me gusta mucho la propuesta de Eusebio, que es buen entrenador y mejor persona todavía. Lo digo porque lo conozco y es alguien que merece la pena. Me encanta el respeto que tiene por la pelota". En otras palabras, tal para cual.

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