Cultura

Víctor Manuel: «Aún tengo capacidad de cabrearme»

Tras 4 años de silencio discográfico, Víctor Manuel vuelve al ruedo musical con No hay nada mejor que escribir una canción (Sony BMG), doce canciones con las que demuestra que no ha perdido la conciencia ni la pegada. "Yo creo que era más fácil sacar el primer disco que lo de ahora" afirma. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 00:17 h.

Tras cuatro años de silencio discográfico, Víctor Manuel vuelve al ruedo musical con No hay nada mejor que escribir una canción (Sony BMG), doce canciones con las que demuestra que no ha perdido la conciencia ni la pegada.

La cosa del mercado está tan mala que hasta lo más curtidos veteranos se sienten como principiantes cuando lanzan un nuevo título. "Yo creo que era más fácil sacar el primer disco que lo de ahora, que se parece más a tirar una botella al mar", explica el cantante. "Es curioso que ahora sea muy fácil hacerse una super-maqueta en casa, pero muy difícil darle salida".

No obstante, Víctor Manuel confía en la solidez de su repertorio frente a los periódicos fuegos de artificio de la industria. Es más, se siente tan cargado de fuerza y sentido crítico como hace 30 años. "Todavía tengo mucha capacidad de cabrearme, creo que mantener la sangre en ebullición es bueno para mi salud. Me gusta mirar a mi alrededor y sentir rabia o alegrarme, que de todo hay en estas canciones", añade el asturiano.

En efecto, quienes se arrimen a los doce cortes de No hay nada mejor que escribir una canción podrán comprobar que está lleno de buena música y de mensajes comprometidos con el mundo actual. Por ejemplo, la cuestión de la memoria histórica, que al músico le atañe especialmente, en tanto acaba de conseguir completar la historia de su abuelo, "al que fusilaron tres años después del fin de la Guerra Civil y arrojaron a una fosa común de Oviedo", explica.

Pero sus ideas no son revanchistas: "A mí me parece insólito que Fraga diga que la Transición lo ha borrado todo. Habrá borrado lo suyo, que si lo pillan veinte años después igual hubiera tenido que responder ante un tribunal internacional. No soy partidario de tirar los muertos de nadie a la cabeza, pero quien tiene a un pariente enterrado en una cuneta tiene el derecho a saber y a darle una sepultura digna", afirma.

También se ocupa de la situación de la mujer, "en positivo y en negativo. Hablo de los malos tratos, que son el mal de nunca acabar, pero también de cómo las mujeres han logrado por fin alcanzar cuotas de igualdad que hasta ahora eran impensables. Hace poco oí a Margarita Salas contar cómo, en el año 61, entró en la primera experimentación importante en un laboratorio de Estados Unidos. Más tarde le contaron que, como era mujer, le habían dado el peor trabajo, así si se equivocaba no pasaba nada. Es una suerte que hayamos superado eso", dice.

El matrimonio gay, la poesía y la amistad son otros de los temas que el cantautor aborda en el álbum número treinta de una larga y fructífera carrera cantando al amor y al mundo.

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