Tras década y media de hegemonía del sector crítico en CCOO de Sevilla, primero con Antonio Rodrigo Torrijos y hasta ayer con Rafael Fernández Serra, el oficialista Alfonso Vidán asume la secretaría de la Unión Provincial en un congreso que reafirma las diferencias entre corrientes. ¿Está todo dicho?
No fue el antiguo teatro de la Plaza del Duque, escenario de mil y una asambleas sindicalistas, sino el hotel Meliá Lebreros el que ayer acogió el congreso provincial de CCOO de Sevilla. ¿Premonitorio? Alfonso Vidán, respaldado por la dirección regional del sindicato, y oficalista pues, arrebató al crítico Rafael Fernández Serra, quien se presentaba a su tercera y última reelección, la secretaría general. Diferencia de votos, 25. El primero cosechó 144, su rival, 119.
Momentos de tensión los hubo, voces también, tú me acusas yo te acuso, esto es una confabulación, no, la democracia de las urnas. Lo habitual en los congresos de este sindicato en Sevilla, al existir dos corrientes bien diferenciadas, en una provincia en la que el sector oficialista de la dirección regional, con Francisco Carbonero a la cabeza, tenía una espina clavada, al ser la única de Andalucía que hasta ahora estaba liderada por los críticos y, encima, con gran influencia nacional.
La fractura -que tuvo a mediados de la pasada década un episodio clave, cuando el crítico Antonio Rodrigo Torrijos, hoy primer teniente de alcalde de Sevilla, tuvo que dejar, tras un revés judicial, la secretaría general por el conflicto con los oficialistas a raíz de supuestas irregularidades con los estatutos del sindicato- no se ha cerrado. Primero, porque ayer uno de los sectores de la central (el de Actividades Diversas) no votó al ser impugnada su designación. Segundo, por la escasa diferencia en la correlación de fuerzas en la ejecutiva provincial (14 miembros más su líder de una parte, y 11 por la otra). Y tercero, porque si los críticos apoyan a nivel nacional a Ignacio Fernández Toxo en su asalto a la secretaría general que ahora ocupa José María Fidalgo y gana, podrían aflorar secuelas al sumar los miembros de las ejecutivas provinciales y regionales. Quizás por eso Fernández Serra, tras denunciar la presión oficialista, no se fue ayer con tan mal sabor de boca...
