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Viera insiste en que Carrillo sea el portavoz y se queja a Chaves de Naranjo

Viera y Monteseirín tensionaron ayer aún más su pulso. La ejecutiva provincial aprobó que Carrillo sea propuesto como portavoz del grupo socialista en una reunión convocada para el lunes. El alcalde respondió rechazando la convocatoria y defendiendo su autonomía en el ámbito municipal. Foto: A.A.

el 15 sep 2009 / 12:07 h.

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Viera y Monteseirín tensionaron ayer aún más su pulso. La ejecutiva provincial aprobó que Carrillo sea propuesto como portavoz del grupo socialista en una reunión convocada para el lunes. El alcalde respondió rechazando la convocatoria y defendiendo su autonomía en el ámbito municipal.

El nuevo episodio de la fractura interna del PSOE empezó en el Ayuntamiento y acabó en la sede provincial del partido. José Antonio Viera había convocado a través de un SMS a los concejales del grupo socialista a una reunión con la Ejecutiva en la que se pretendía analizar la remodelación del Gobierno y forzar la designación de Emilio Carrillo como portavoz. El regidor alegó motivos de agenda -unos celebraban bodas y otros tenían organizados viajes- para no acudir, al igual que varios de sus concejales afines. Aunque con el alcalde era suficiente: sin él no se podía convocar la reunión.

A las dos y media de la tarde, todos los concejales recibieron otro SMS desconvocando la reunión "ante la imposibilidad de asistencia del alcalde". Viera sí convocó por su parte a los siete ediles con los que cuenta en el Gobierno municipal. A partir de las seis de la tarde fueron apareciendo uno a uno por Clara de Jesús Montero, donde se ubica la sede provincial del partido. La reunión fue previa a la celebración de la comisión ejecutiva. En ambos casos el principal punto del orden del día era la remodelación del Gobierno y, sobre todo, la figura de Emilio Carrillo.

Los concejales cercanos a Viera le mostraron su malestar por la remodelación del Gobierno local acometida por el alcalde y por su falta de representación tanto en el ámbito institucional como en el orgánico. El secretario general les comunicó sus objetivos: en la comisión ejecutiva recabaría el apoyo del partido para proceder a impulsar la designación de Carrillo como portavoz socialista, en detrimento de Gómez de Celis, el hombre de confianza del alcalde. Todos los ediles fueron de nuevo convocados el lunes a otra reunión con el mismo orden del día.

Tras la reunión con sus concejales afines, se celebró una tensa Ejecutiva en la que hubo varias intervenciones analizando la situación del Ayuntamiento de Sevilla. En ellas, según fuentes socialistas, se mostró el malestar con la actitud de Alfredo Sánchez Monteseirín. El propio Viera llegó a aludir a que no se iba a dar ni un paso atrás ante el regidor.

Poco después de esta sesión, el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, respondió en unas declaraciones realizadas a Efe. Declinó la convocatoria realizada por Viera en la sede provincial y anunció que él reuniría a su grupo en el Ayuntamiento e invitará al secretario provincial de los socialistas a acudir.

El alcalde escenificó así la decisión adoptada por él y sus concejales afines. Defender la autonomía del Ayuntamiento en la remodelación del Gobierno local y en la estructura del grupo municipal socialista. En el primero de los aspectos no hay dudas: los estatutos conceden al alcalde autonomía para designar a su equipo. Pero en la segunda, el proceso es complejo, y las interpretaciones difieren entre críticos y vieristas.

Los estatutos señalan que la ejecutiva provincial tiene poder para nombrar a los candidatos a la portavocía y a la dirección del grupo socialista. Pero al mismo tiempo se regula que el grupo debe estar conforme con esta decisión. En estos momentos, hay siete concejales que apoyan a Emilio Carrillo y ocho, incluido el alcalde, que respaldan a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. En este segundo grupo se incorpora también Maribel Montaño, cuyo voto al ser una delegada no electa no tiene el mismo valor. En una votación ordinaria, los críticos tienen más apoyos, argumento en el que se basan para defender su autonomía y rechazar cualquier cambio "no justificado" en el grupo socialista.

Pero hay otra interpretación. La ejecutiva tiene el poder de presentar candidato y el grupo está completamente fracturado. Ante esta situación, puede recurrir a la dirección regional e incluso a la federal. Si el PSOE-A interviene se enfrentaría ante una disyuntiva: apoyar al alcalde y desautorizar a la dirección provincial del partido o imponer la portavocía de un grupo contra la voluntad del regidor.

El vicesecretario regional del PSOE-A, Luis Pizarro, realizó ayer sus primeras declaraciones sobre esta nueva crisis interna de los socialistas. Mostró su "respaldo y respeto" a la remodelación del equipo de Gobierno. "Todos los miembros del partido tienen la obligación de aceptar los cambios. Aunque no nos gustase, el PSOE-A no tiene nada que decir".

De nuevo, dos interpretaciones. Para los críticos es un reflejo de que su postura es la más acorde con los estatutos del partido y de que el alcalde tiene plena autonomía para tomar sus decisiones. Para el sector vierista, en las palabras de Pizarro se subraya el concepto "remodelación de Gobierno", lo que implica que en la configuración del grupo socialista, la competencia es del partido.

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