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Villa maravilla

David Villa prolongó su momento dulce goleador con España y lanzó a la selección a un triunfo vital en el debut ante Rusia, sumando al toque una demoledora pegada, como carta de presentación en la Eurocopa 2008. Foto: EFE

el 15 sep 2009 / 06:12 h.

David Villa prolongó su momento dulce goleador con España y lanzó a la selección a un triunfo vital en el debut ante Rusia, sumando al toque una demoledora pegada, como carta de presentación en la Eurocopa 2008.

España fue fiel a la historia. Sólo había caído en una ocasión en un estreno en la Eurocopa y no falló. Aumentó, de paso, su racha de imbatibilidad, -no ha perdido en los últimos 17 encuentros-, saldó cuentas pendientes con Hiddink tras el Mundial de Corea y Japón, y, sobre todo, devolvió la ilusión para comenzar a soñar.

Un trueno a veinte minutos del inicio desató una fina lluvia que acompañó todo el partido. Miraban al cielo los españoles pensando que la velocidad que iba a adquirir el juego favorecía a los rusos, mejores físicamente. La calidad, decisiva, era otro asunto.

A España le costó quitarse de encima la ansiedad del debut. Ser la última en saltar a escena nunca favorece. Llegó la hora de la verdad y pusieron sobre el tapete un nuevo estilo, radicalmente distinto a las pruebas previas. El toque por bandera, pero acompañado de velocidad y una profundidad que se convertía en oro en botas de Fernando Torres y Villa.

Llegaban a la Eurocopa como una de las mejores parejas de baile del fútbol mundial, pero desde hoy consolidaron una relación que debe ser garantía de éxito y de gol, mucho gol, para la 'roja'.

No sorprendió Rusia a Luis Aragonés. Sabía de antemano las cualidades de un combinado que dejó a Inglaterra por el camino. Avisó de los contraataques rápidos de Bilyatedinov y Sychev por bandas o la velocidad de Zyrianov, rompiendo por el centro. En el campo fue difícil frenarlo.

El perfecto conocimiento de Guus Hiddink del fútbol español, el alto ritmo que imprimieron los rusos, siempre verticales, y los marcajes individuales de Zyryanov sobre Xavi y Semak con Villa, hacían de inicio una barrera difícil de superar. Los rusos parecían olvidar las importantes bajas de Pogrebnyak y Arshavin. El balón les quemaba en los pies y se lanzaron en cada acción con la mirada fija en Iker Casillas. Se sentían fuertes.

El capitán español comenzó con una salida en falso y más tarde aumentó su vieja amistad con los palos. Los minutos iniciales estaban plagados de imprecisión en los pases de España. Senna fue el elegido para llevar la manija, pero la selección depende de Xavi.

El entramado del centro del campo ruso costaba superarlo con el toque en corto y España compaginó bien los balones en largo, siempre peleados por Torres y Villa. Los apuros defensivos llegaban a la espalda de Sergio Ramos. Pavlyuchenko tenía la orden de Hiddink de dejarse caer a esa banda.

Hasta las ocho minutos no chutó España. Torres y Villa avisaban de que había pólvora reservada para la cita, les faltaba apuntar bien. Aguantó con firmeza la selección los envites rusos, los minutos de fútbol directo, para comenzar a desequilibrar el encuentro por su pegada.

Había avisado Villa en el minuto 18 y tres después marcó el primer tanto de su día de gloria con España. Fernando Torres luchó un balón largo de Marchena, rompió a la defensa rusa y regaló el tanto al 'Guaje'.

No estaba Rusia dispuesta a bajar los brazos. Reacción rápido con una internada de Sychev que acababa en un pase de la muerte que, a placer desde el punto de penalti, Zyryanov estrellaba en el palo. La suerte que pedía Casillas en la previa necesaria para llegar lejos, también vestía de rojo.

Fue el momento en el que saltó a escena el toque y las buenas conexiones en los últimos metros. Silva con Torres, que la picó al lateral de la red, Iniesta con Villa, que chutó a la defensa, y un 'remake' de la misma acción que acabó en el gol de la sentencia. Se rozaba el descanso y Villa asestó el golpe definitivo.

En la reanudación Rusia salió en busca del gol que le devolviese la vida. Intercambiaron los papeles por unos instantes, comenzaron a adueñarse del balón y a inquietar a Casillas. España necesitaba a Cesc y Luis estuvo rápido.

El ímpetu de Rusia, una selección que ha crecido en los últimos años y que no decepcionó, les hizo luchar hasta el último segundo. Dejaron espacios en defensa. Siempre los encontró Villa que, tras varios intentos, firmó su tercer gol para llevarse firmado un balón histórico. Sentó al rival de un recorte y engañó con el cuerpo a Akinfeev en la definición. Demoledor.

El premio al esfuerzo de Rusia llegó. Tras los disparos ajustados de Bilyaletdinov y Pavlyuchenko, el delantero de moda ruso batió a Casillas tras un saque de esquina. Fueron segundos de desconcierto español. Con una nueva ocasión para Semak para aumentar el nerviosismo. Nada mejor que frenarlo con un nuevo tanto. Villa, crecido, asistió a Xavi que enganchó un potente disparo, cuyo rechace cayó en bandeja a Cesc. El fútbol le debía una y, por fin, llegó su primer tanto con la selección absoluta. Su papel crecerá en la Eurocopa. De momento, el protagonismo es para Villa.

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