Nueve ejemplos del potencial de una "tierra de oportunidades"

La Diputación entrega las Medallas del Día de la Provincia a los cantantes Pastora Soler y Tate Montoya, el torero El Cid, las asociaciones Paz y Bien y Albatros, Abengoa, el instituto IBIS, el bioquímico Losada Villasante y la última alumna de Machado, Concepción Ramírez.

el 23 may 2014 / 14:47 h.

dia-provincia Entre la defensa del municipalismo «que viene sufriendo ataques injustificados» y el orgullo patrio por los «ejemplos de la creatividad, el talento, la constancia y la capacidad de innovación» representados por las nueve personalidades e instituciones galardonadas en el Día de la Provincia. Así transcurrió el acto de entrega de las Medallas y Placas de Honor de la Diputación que otorgó ayer a las asociaciones Paz y Bien y Albatros que trabajan con discapacitados intelectuales, a los cantantes Pastora Soler y Tate Montoya (a título póstumo), al bioquímico Manuel Losada Villasante, al Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), al torero Manuel Jesús El Cid, a la empresa Abengoa y a Concepción Ramírez, última alumna viva de Antonio Machado. Un acto en el que tanto el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, como la presidenta de la Junta, Susana Díaz, aprovecharon para sacar pecho de la política local, que es la que «resuelve los problemas en primera persona» porque es a los ayuntamientos como administración más cercana a donde acuden los ciudadanos y «no al ministerio o a la consejería». Villalobos aprovechó su discurso para plantear las que a su juicio son las dos grandes reformas pendientes en lo que a las administraciones locales se refiere: la financiación local, que a su juicio debe abordarse en un debate separado para no «entrar en la vorágine del mercadeo que supone una negociación de la financiación autonómica salpicada de ajustes y tensiones nacionalistas» y acordarse mediante un «Pacto de Estado» que quede recogido «en la Constitución o en una Ley Orgánica», y la reforma de la representatividad territorial en las diputaciones, donde abogó por acabar con la «sobrerrepresentación de la capital» que ejemplificó con el caso de Sevilla donde de los 31 diputados provinciales, 18 corresponden a la capital. «Si estamos para los pueblos pequeños, ¿por qué un tercio de los diputados representan a la capital?» cuestionó, e incluso abogó por «abrir el debate de una elección directa de las diputaciones» igual que se ha planteado la reforma del Senado. El presidente de la Diputación de Sevilla también presumió de la gestión económica de los ayuntamientos que, lejos de la imagen de administración derrochadora, defendió que su «mal endémico» no es su nivel de gastos sino el déficit que arrastran en la participación en los ingresos estatales. Villalobos puso como ejemplo el Plan Supera con el que la institución provincial ha repartido su superávit entre los municipios para hacer proyectos en los que puedan contratar a vecinos desempleados, una alusión que le valió la denuncia del PA ante la Junta Electoral Provincial, denuncia que los andalucistas extendieron a la presidenta de la Junta por decir en su discurso que su gobierno ha «cumplido con el déficit sin tocar la sanidad y la educación» y que la Junta Electoral archivó. «Ha llegado la hora de la provincia», reivindicó Villalobos en su día grande, al tiempo que recordó que mientras «hace unos años el peso de la capital, en cifras macroeconómicas, hegemonía cultural y servicios era abrumador respecto al de nuestros pueblos» hoy «podemos decir que si la provincia estornuda, la capital se coge un resfriado» gracias al potencial de iniciativas como Aerópolis en La Rinconada, el «lento pero imparable aumento del turismo» o la concentración industrial en Alcalá de Guadaíra. Un crecimiento en el que, dijo, ha tenido mucho que ver la articulación del territorio mediante infraestructuras realizadas en gran parte con fondos europeos. Para el presidente de la Diputación, la provincia de Sevilla cuenta con «las herramientas» y las «ideas muy clara de qué tenemos que reformar para llegar a donde queremos» junto a la «firme decisión de ponerle el corazón a la superación de cada obstáculo» que «es lo que hicieron, desde el primer día de sus carreras y trayectorias, las instituciones y personalidades reconocidas». La defensa del municipalismo centró también el discurso de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que se refirió a los premiados como «dignos hijos de esta tierra sevillana» que definió como «una tierra de oportunidades» situada a la «vanguardia de España y de Europa en producción de energía renovable, de la industria aeronáutica y también en investigación, universidad y biomedicina», en un guiño a algunos de los premiados como Abengoa, el Instituto de Biomedicina o el profesor Losada Villasante, que ayer sumó el reconocimiento de la provincia al título de Hijo Predilecto de Andalucía que obtuvo en 1993 y al Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1995. Pero también se acordó de «esos jóvenes que en estos momentos están fuera de nuestra tierra y deseo que vuelvan y que los que están no tengan que marcharse», un recuerdo que enlazó con el del exilio de Antonio Machado al nombrar el reconocimiento a la que fue su última alumna y contradecir al poeta para defender una «Sevilla con sevillanos» como los distinguidos ayer porque «sin los hombres y mujeres de esta provincia, nada de lo que hoy somos hubiera sido posible». Díaz alabó la «otra forma de hacer política» también en lo local demostrada por la Diputación dirigida por su compañero socialista, si bien también dio las gracias por su trabajo «al conjunto de los alcaldes y alcaldesas, de concejales y concejalas a los que hay que reconocer aquí, sin distinción de partidos o colores políticos». Por parte de los premiados, el encargado de agradecer el reconocimiento fue el presidente del Instituto de Biomedicina de Sevilla, José López Barneo, quien señaló que los premios que vienen de la «sociedad cercana» hacen especial ilusión y animó a un «rearme moral e intelectual» ante la crisis actual para «retomar la modernización real». «Si nos organizamos y trabajamos adecuadamente, imitando a las personas e instituciones hoy [por ayer] galardonadas, el futuro puede ser mucho mejor». López Barneo aludió al reconocimiento a representantes de formas culturales y artes tradicionales pero también al de empresas e instituciones científicas y técnicas y organizaciones solidarias porque «los sevillanos del siglo XXI debemos saber compaginar nuestra tradición con las actividades propias de los países desarrollados a los que pertenecemos». Reconoció que la «transformación social» de Andalucía en los últimos 50 años es «espectacular» pero también que en muchas zonas «sigue pesando la losa del atraso cultural y social, ahora acrecentado por la crisis económica». Pero lejos del fatalismo, instó a trabajar conjuntamente y recordó que «si viajásemos a la Sevilla del siglo XVII nadie dudaría de estar visitando una de las ciudades más desarrolladas de Europa. Por lo tanto la historia y el presente coinciden en mostrarnos las grandes potencialidades de nuestra tierra». Políticos y premiados coincidieron así en esta confianza en las propias posibilidades de la provincia en un acto en el que los méritos de cada galardonado fueron expuestos en sucesivos vídeos y que tuvo momentos especialmente emotivos en el momento en el que subieron al estrado para recoger el premio a Paz y Bien dos jóvenes usuarios de la asociación, Teresa y Jesús, especialmente preparados para la ocasión –con tarde de compras para elegir la ropa incluida según relataron después antes de hacerse una foto de familia con otros miembros de la asociación en el patio de la Diputación– y durante el recuerdo a Tate Montoya, fallecido hace justo un año. Su galardón lo recogió su viuda, Antonia Navarro, aunque también asistieron al acto otros familiares que recibieron muchas muestras de cariño. Tampoco pudo acudir a recoger su Medalla por motivos profesionales la cantante Pastora Soler, por lo que fueron su madre y su hermano José Luis los encargados de representar a la artista. Sí estuvo Concepción Ramírez, acompañada de gran parte de su familia franco-española; el torero El Cid al que todos llamaban «maestro» al acercarse a darle la enhorabuena, la presidenta de la Fundación Albatros, Lucía Gómez; el secretario general para la Sostenibilidad de Abengoa, Fernando Martínez Salcedo; y los doctores López Barneo y Losada Villasante. El salón de plenos de la Diputación casi se quedó pequeño para los numerosos invitados al acto al que asistieron, entre otros, el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla, Francisco Javier Fernández; presidente de la patronal sevillana, Miguel Rus; el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero; el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán; el secretario provincial de UGT, Juan Bautista Ginés; la presidenta del Puerto, Carmen Castreño; la secretaria provincial del PSOE, Verónica Pérez; el portavoz municipal socialista, Juan Espadas; además de numerosos alcaldes.

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