Fernando Rodríguez Villalobos.J.M.Espino (Atese)
No tocaba y menos a pocas horas de que Susana Díaz culmine su salto a la presidencia de la Junta de Andalucía. Pero hace falta un comentario, una respuesta a un periodista, para que el PSOE de Sevilla se ponga una vez más en alerta, divisando que esa ola de renovación que empieza hoy en San Telmo llegará, más pronto que tarde, a la sede de Luis Montoto, pese a que hace poco más de un año se eligió a su referente. La chispa saltó por unas palabras de Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de los socialistas sevillanos y de la Diputación. Al ser preguntado sobre sí daría el paso de ser el relevo de Susana Díaz al frente de su partido enSevilla, no se cortó y dijo que sí. Los matices que dio después de si lo requiere el partido o cuando llegue el momento quedaron en un segundo plano. Villalobos abría un melón que, en estos inicios del partido, nadie pretendía abrir: el de la era postSusana.
No hay fractura ni divisiones de por medio, pero este ofrecimiento ha dado para muchas lecturas entre los socialistas. El núcleo más cercano a Villalobos indica que todo se malinterpretó y reivindica el papel de hombre de partido que siempre ha jugado, demostrado en momentos como su paso atrás en la lucha por el liderazgo en el PSOE sevillano. Así, recuerdan que hace un año podría haber aspirado a la Secretaría Provincial, pero prefirió decantarse por la juventud y aire fresco que encarnaba Susana Díaz para encarar la renovación interna del partido tras la dimisión de José Antonio Viera. A eso se une que Villalobos, escudero fiel en todas sus batallas orgánicas, sería el último, según estas fuentes, en querer eclipsar el gran día de la presidenciable. Si en algún momento Villalobos es motivo de confrontación, no tarda ni 24 horas en irse, dicen.
Pero no es la única versión en un PSOE de Sevilla que, si por algo destaca, es por su pluralidad de opiniones. Una mayoría se posiciona en que un exceso verbal del presidente de la Diputación que suele ser más comedido en temas de partido le pudo jugar una mala pasada. Pero también hay dirigentes del Provincial que no descartan que, con este ofrecimiento, Villalobos quiera marcar su propósito de continuar en primera línea política y escapar del relevo generacional que se atisba en todos los estamentos.
Susana Díaz no quiere que se aviven incendios y ha actuado rápido. El relevo no toca porque, por ahora, seguirá en el cargo, que sólo abandonará cuando llegue el momento de asumir la Secretaría General del PSOE de Andalucía, que ocupa actualmente José AntonioGriñán. Eso no implica que, ante sus nuevas obligaciones, se haya visto obligada a delegar funciones. De esas tarea se encargan ya sus números dos y tres, Carmelo Gómez y José Muñoz, y otros miembros de la Ejecutiva como Francisco Javier Reinoso (alcalde de Lora), Antonio Maestre (exalcalde de Los Palacios) o Manuel García Benítez (alcalde de El Viso). En esa terna también está Villalobos.
El relevo, por tanto, no será hasta dentro de unos meses. Pero quinielas hay. Y, en ellas, pocos descartan a Villalobos como ese líder de transición, conocedor de la provincia y el partido. Sólo le pesa el hándicap de la edad, que no casa con la regeneración del PSOE. Pero hay más. Ocho o 10 iguales o mejores que yo, enumero Villalobos. En esas cábalas hay gente que goza de la confianza de Díaz como el delegado de la Junta en Sevilla, Javier Fernández o Verónica Pérez. Carmelo Gómez, Antonio Pradas,... Hasta hay quien lanza al ruedo el nombre de Antonio Gutiérrez Limones, aunque su pasado reciente como crítico lo condiciona. Pero para eso aún queda tiempo y ríos de tinta.
