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Viva España

Las alegrías, vítores y halagos que merece el combinado nacional y en particular su entrenador, no nos deben hacer ocultar que hace un año a más de uno querían crucificar.

el 15 sep 2009 / 07:12 h.

Las alegrías, vítores y halagos que merece el combinado nacional y en particular su entrenador, no nos deben hacer ocultar que hace un año a más de uno querían crucificar. Así somos y así lo vivimos. Hoy, por ventura, estamos de enhorabuena, nadie se acuerda de nada y Luis Aragonés es el mejor entrenador de la historia de la selección. ¡Qué triste e irónico a un tiempo! Este pueblo se ha acostumbrado a zaherir gratuitamente a empresarios, políticos o entrenadores de fútbol y luego es capaz, en un giro inverosímil, de reivindicar su figura y su genio en un ejercicio de incontenida emoción y de amnesia selectiva.

Más allá de estas miserias, uno se queda con los cuatro andaluces de la selección, Juanito, Güiza, Marchena y Ramos y con dos gestos: El primero protagonizado por Sergio Ramos, portando la bandera de Andalucía y con la imagen de Antonio Puerta en una camiseta. Una proclama y un homenaje que dicen mucho del de Camas. Andrés Palop, andaluz por vecindad, también tuvo la generosidad de acordarse de la generación de futbolistas que a punto estuvieron de ganar la Eurocopa de 1984, enfundándose la casaca que lució Arconada en aquella final de París.

Estas cosas las hacen personas que están haciendo algo grande, como todo el equipo, que nos hacen más felices y por tanto mejores personas. Y lo más bonito es que podemos seguir soñando, porque, como dice Zapatero, "lo mejor está por venir".

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