Cultura

Vivaldi en clave menor

‘Las cuatro estaciones’ de la compañía La Tarasca inaugura hoy la temporada infantil del Teatro Central.

el 20 dic 2009 / 21:11 h.

Pocas obras musicales son tan populares como Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi. Es probablemente la primera obra clásica que se enseña en las escuelas, la primera que cualquier persona identifica con su compositor, o el primer disco de música clásica -el único en muchos casos- de todo futuro melómano. Con esta excusa de popularidad, la compañía sevillana La Tarasca pretende acercarse a "un público mayoritario" con un espectáculo que inaugura hoy el calendario navideño del Teatro Central.

Esta revisión de Las cuatro estaciones (21, 22, 26 y 27 de diciembre a las 18.00 h.) propone un viaje a través del tiempo, e identifica cada uno de los ciclos: primavera, verano, otoño e invierno, con sus correspondientes caminos de la vida: nacimiento, juventud, madurez y senectud.

"Al igual que los grandes maestros tomaban músicas del folclore y el acerbo popular para convertirlas después en una obra maestra, nuestra intención es devolver piezas clásicas a la música popular", explica el director de La Tarasca, Ramón Bocanegra, que ha adaptado el poema musical para un cuarteto de jazz y siete bailarines en "un juego escénico donde prima el lenguaje de la música y el cuerpo por encima de la dramatización", añade.

Para ello, La Tarasca sitúa la acción de la coreografía en una estación de ferrocarril, que representa lo inmóvil de un espacio en el que todo está en constante cambio: tal y como pasan las estaciones del año y de la vida, van y vienen los trenes y los viajeros. La historia de Las cuatro estaciones cuenta "un viaje en el tiempo y en el espacio, con vidas paralelas y vidas encontradas, vías paralelas y vías encontradas", añade Ramón Bocanegra, que después de 20 años al frente e La Tarasca está especialmente orgulloso de esta línea de trabajo para todos los públicos: "Construimos un puente, a través de las composiciones más conocidas, entre el público y las artes escénicas y musicales, que muchas veces se representan en espectáculos muy distantes de la realidad del espectador medio", asegura Bocanegra.

Después de producciones como La flauta mágica, La bella durmiente o El sueño de una noche de verano, La Tarasca propone una comedia en la que los bailarines y la música directo se conjugan, desgranando la belleza inherente en la música de Vivaldi y creando un juego escénico que invita a acercarse "al arte más antiguo de la historia: la danza".

Tras Las cuatro estaciones, el Central continúa su programación infantil con Momo (28,29 y 30 de diciembre a las 18.00 h.) adaptación de la novela de Michael Ende llevada al teatro por la compañía Titirimundi. La obra cuenta la historia de una niña que, con el poder de su corazón, derrotó a los Hombres Grises, que querían robar el tiempo a todos los hombres y mujeres. Se trata de un musical para todos los públicos, con una escenografía en permanente movimiento.

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