Voluntarios para el futuro de la escuela en Utrera

El colegio Coca de la Piñera lucha por mejorar la convivencia y la participación.

La educación de los niños no llega solamente de la mano de sus profesores o padres. Cualquier ciudadano puede poner su granito de arena para permitir una mejor formación de aquellas personas que serán el futuro de la sociedad. Esto lo saben bien en el colegio Coca de la Piñera de Utrera que, por tercer año consecutivo, pone en marcha un proyecto llamado Comunidades de aprendizaje. El pilar fundamental de esta iniciativa son los voluntarios. Cualquiera puede sumarse y formar parte de esta fórmula educativa, que tiene como objetivo continuar en la mejora de la convivencia, potenciar la participación de las familias y disminuir el fracaso escolar. Pretende ser un proceso de transformación en el que la escuela no solo esté abierta a los alumnos, sino a toda la sociedad, por lo que uno de sus fines es que todo el mundo se pueda enriquecer mediante lo que llaman diálogo igualitario e inteligencia cultural, pudiendo participar entre iguales y aportar lo que cada uno tiene para un enriquecimiento mutuo. Grupos interactivos, tertulias literarias, lecturas personalizadas,… son algunas de las actividades que pone en marcha el colegio utrerano, estando estudiadas para que los alumnos saquen el máximo provecho y aumenten los rendimientos escolares. Los grupos interactivos, que integran los voluntarios, se forman en las distintas aulas del centroeducativo, integrados cada uno por cuatro o cinco chavales. El profesor es el que sigue llevando la voz cantante, pero en cada grupo hay una persona cuya función es intentar que los alumnos participen de las actividades propuestas por el maestro. De esta forma, con la atención directa del voluntario, los niños trabajan mucho más y se enriquecen unos a otros. Es un proyecto abierto a la participación y a la colaboración de los ciudadanos. Desde el colegio quieren que colabore el máximo de personas a las que preocupe el tema de la educación. Para ello no hace falta ser familiar de alguno de los estudiantes del Coca de la Piñera. Ni siquiera es necesario tener un nivel de formación concreto, porque las tareas a realizar son variadas. De esta forma, hay gente de todas las clases y sitios de Utrera: hay a quienes les sirve incluso para repasar con los alumnos algunos conocimientos que habían olvidado; mientras que a los universitarios se les acredita su participación mediante certificado como actividad de libre configuración, reconocimiento de créditos o mejora en las calificaciones, según el caso. Y es que dicha iniciativa cuenta con el aval de la consejería de Educación de la Junta de Andalucía, que ha aprobado la implantación y desarrollo de dicho proyecto en este centro educativo; y la colaboración de la Universidad de Sevilla. El colegio Coca de la Piñera cuenta también con comisiones mixtas, compuestas por profesores, alumnos, padres, y voluntarios, entre otros. Esto supone que la toma de decisiones en el centro ya no depende exclusivamente del director, del jefe de estudios o del consejo escolar, sino que dicha comisión también toma decisiones y aporta ideas a la hora de organizar la actividad de un centro participativo y abierto como éste. Este proyecto tiene su origen en un grupo de profesores de la Universidad de Barcelona, creando el Centro Especial en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA). Este organismo se encarga de coordinar todas las actividades de las comunidades de aprendizaje que existen en España. El director del Coca de la Piñera, Juan Carlos Alcalde, lo afirma de manera muy clara: “Está demostrado que el desarrollo de las actividades programadas benefician a nuestros niños y les aseguran la consecución de los objetivos marcados”. Por ello, recuerda que “la escuela va donde nosotros queremos que vaya y, para ello, tenemos que dar un paso adelante. Sin dejar de reivindicar todo lo que nos hace falta en los colegios, debemos tomar la decisión de colaborar con éste para que, entre todos, podamos sacar adelante la educación de nuestros hijos”. En la anterior edición fueron 200 los voluntarios que se sumaron a dicho proyecto. Ahora, desde el colegio quieren superar esta cifra, animando a que participen todos los ciudadanos que lo deseen. Para ello, se puede obtener más información e inscribirse en el propio recinto educativo, donde se intentará amoldar el horario de cada persona a las necesidades del colegio. Solamente hace falta tener ganas de echar una mano y poner un granito de arena para, aprendiendo todos de todos, e interactuando entre distintas generaciones, lograr que la sociedad del futuro esté mejor formada.

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