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Vuelve la samba tras un año sin brasileños

Cicinho recoge el testigo de Renato Dirnei, el último jugador del país sudamericano que abandonó el Sevilla.

el 31 jul 2012 / 19:04 h.

Renato se enfada: las cosas comienzan a torcerse.

Los últimos años del Sevilla han estado siempre marcados por el acento brasileño. No en vano, el gran país sudamericano ha aportado al club nervionense quince jugadores -dieciséis ahora tras el fichaje de Cicinho- en toda su historia y es la tercera nacionalidad que más ha estado representada en el club sólo por detrás de Argentina (25) y Uruguay (22).

De hecho, los años más exitosos del club en la pasada década han tenido siempre protagonismo brasileño. Desde la llegada de Daniel Alves en el mercado invernal de 2003 hasta la salida de Renato al término de la campaña 2010/11, el Sevilla ha tenido ininterrumpidamente a jugadores brasileños durante siete años y medio. En ese tiempo, han militado en el club nervionense además del lateral del FC Barcelona, Julio Baptista, Renato Dirnei, Adriano Correia y Luis Fabiano. Todos ellos fueron actores importantísimos en el club.

Baptista se marchó sin títulos, pero fue clave en el renacimiento europeo del Sevilla antes de marcharse al Real Madrid. Daniel Alves fue importantísimo en los cinco primeros títulos de la historia reciente, al igual que sus compatriotas Renato, Adriano y Luis Fabiano, que se encuentran en el selecto club de ocho jugadores extranjeros que han logrado superar los 200 partidos como sevillistas. Eso sí, estos tres últimos pudieron sumar a su palmarés también la Copa del Rey ganada en el año 2010, con lo que figuran en la historia como algunos de los futbolistas más laureados en su etapa como sevillista.

Antes de este quinteto, el Sevilla había contado con diez brasileños en sus filas, aunque las carreras de casi todos ellos dejaron bastante que desear. Sólo Pintinho, con 106 encuentros, se convirtió en un hombre importante en su paso por el Sevilla. Para el recuerdo quedan decepciones como las de Bebeto, Lucio Wagner o Carlao, que ni siquiera llegó a jugar un solo partido oficial.

El año pasado, el equipo que entrenaron Marcelino y Míchel careció del sello brasileño por primera vez en ocho temporadas. Con Cicinho vuelve la samba y además a un puesto en el que Brasil dejó huella.

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