En mayo los aficionados al vino echaban de menos esta cita bianual que no se celebró en su última edición prevista. Arranca de nuevo de forma un tanto irregular, según algunos visitantes y, claro, muy contentos según los organizadores. Desde el domingo 25 al martes 27 más de setecientos vinos pudieron ser catados por los numerosos visitantes en los diversos estand de las bodegas expositoras. La peculiaridad de esta feria de vinos es que se dedicó exclusivamente a vinos dulces elaborados de las más diversas maneras, según las técnicas y costumbres de las regiones vinícolas de las que proceden. Más de cincuenta expositores procedentes de trece países ofrecieron sus productos en un recinto tan bello y emblemático como el Alcázar de Jerez, beneficiándose este año de temperaturas más benignas que en otras ediciones. Diversas catas y una novedad, Gastrovinoble, consistente en una carpa donde cuatro cocineros distinguidos con una estrella de la Guía Michelín presentaron sus propuestas gastronómicas de maridaje con vinos nobles. Fueron los chefs Dani García, Ángel León, Ricardo Costa y Marcos Morán protagonistas cada uno de sendos show cooking. también participó la chef ejecutiva de Negrini, Erika Barni, con sus magistrales propuestas de maridaje. Pedro Ballesteros, el único titulado en el prestigioso Master of Wine en España actualmente, abrió la feria con una charla sobre los vinos fortificados del mundo. Vinos de Jerez, Oporto, Madeira, Marsala, Tokaji, Sauternes, zonas míticas de vinos que son pequeños placeres en la boca.
