l El conflicto diplomático entre Londres y Madrid por Gibraltar está aún lejos de solucionarse. La escalada de amenazas, por ahora todas verbales, de tomar represalias y medidas contundentes continúa. El último en sumar una más a la lista fue el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Miguel Arias Cañete anunció ayer que su departamento modificará la legislación vigente con la intención de fijar sanciones por la práctica conocida como bunkering (buques que hacen las veces de gasolinera en alta mar) en los barcos fondeados de manera permanente dentro de la zona de especial conservación. Las autoridades gibraltareñas respondieron al aviso asegurando que no se tolerará ningún intento de interferir en la legalidad de operaciones dentro de las aguas territoriales británicas. El ministro de Agricultura, reunido con pescadores de Barbate para analizar el nuevo acuerdo pesquero con Marruecos, reafirmó además la voluntad del Gobierno español de mantener los controles en la verja al estar amparados por la legalidad y tras la decisión unilateral de Gibraltar de lanzar al mar los aberrantes bloques de hormigón cometiendo con ello un delito medioambiental. A España no le va a temblar el pulso, en alusión a la advertencia del Gobierno de Cameron de que se tomarán medidas legales sin precedentes con el fin de defender la soberanía británica del Peñón. Arias Cañete recordó, por su parte, que es el Reino Unido quien tiene la responsabilidad de restablecer el orden jurídico alterado por una decisión unilateral. En este sentido, remachó que la colonia de Gibraltar ha cometido un delito medioambiental lanzando los bloques indiscriminadamente al medio marino. España ha presentado una denuncia ante el fiscal de Medio Ambiente y ante la autoridades ambientales de la Unión Europea porque se está afectando al mantenimiento de los fondos marinos y al normal desarrollo de la actividad pesquera, que siempre ha cumplido con la legalidad comunitaria y en aguas de soberanía española. Si las colonias son un anacronismo en el siglo XXI, una colonia en el seno de la Unión Europea es inexplicable, y mucho más que la potencia que ejerce el protectorado consienta esta situación contra los pescadores, añadió Cañete. Nunca hasta ahora ha habido problemas, hasta la llegada de Picardo, ministro principal de Gibraltar. Por último, y en relación a la tasa de 50 euros que el Gobierno estudia imponer en la verja, el ministro la consideró razonable en un contexto en el que Gibraltar es conocido por ser plataforma de contrabando de tabaco. El anuncio de Cañete de sanciones a Gibraltar por los buques-gasolinera vino precedido por una vuelta de tuerca en los controles fronterizos. Las colas volvieron a ser kilométricas, al igual que los enfados de los conductores. Según informó a Efe el portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg), Juan José Uceda, a partir de las 10.45 horas comenzaron a intensificarse los controles, provocando esperas de más de dos horas sólo en los accesos a Gibraltar, ya que la salida hacia La Línea transcurre con normalidad. Uceda incidió en que las colas hacen mucho daño a personas como un trabajador español que tenía previsto hacer un montaje allí con su empresa. No ha podido trabajar y se ha tenido que volver después de dos horas de espera. Ante casos así, Ascteg recomienda a los trabajadores españoles que acudan al presidente del PP de La Línea, que apoya firmemente la política del Gobierno, y que le hagan una reclamación para que les pague el día de trabajo. Ascteg asegura que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están poniendo un doble filtro, atentando contra los derechos de los ciudadanos que entran y salen de nuestras fronteras.