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Cultura

Wenceslao Robles, entre la cotidianidad y el desenfado

El artista sevillano exhibe su obra reciente en ‘El patio de mi casa, sin otro particular’

el 08 mar 2011 / 20:02 h.

Wenceslao Robles
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El patio de mi casa, sin otro particular es el título de la exposición que el pintor Wenceslao Robles (Sevilla, 1976) acaba de inaugurar en la galería Nuevoarte. Una muestra en la que este creador se aparta ligeramente de su producción anterior para adoptar un registro más irónico o desenfadado, aunque mantenga esencialmente sus señas de identidad.

"Hasta ahora, casi siempre he hecho pintura y grabado sobre paisajes industriales y urbanos", explica Robles. "Ahora lo que me he propuesto es reducir el formato a una medida humana: en vez de irme a lugares con una amplitud de campo tan grande, he echado mano de lo más cercano. En realidad, siento que hablo de lo mismo, sólo que adopto otro punto de vista".

Lo mismo es para Robles el entorno, lo cotidiano, el escenario de nuestras vidas, que no siempre se corresponde con los cánones de belleza convencionales. En todo caso, es lo que atrae la atención del artista y esa es la razón principal de que inspire su trabajo, por más que el público quiera ver en él una reflexión sobre el medio ambiente o incluso un alegato ecologista. "Todos creen que pretendo ser crítico, y puede que así sea, pero de forma inconsciente", asevera. "En mi obra se refleja el modo en que la sociedad industrial cambia el paisaje, pero en realidad yo lo que hago es divertirme. Ni soy ecologista ni dejo de ser".

El patio de mi casa, sin otro particular está compuesto por una treintena de piezas, repartidas entre 20 esculturas-objetos y 12 dibujos que aluden a éstos. "Son como macetas de las que brotan tubos, aislantes de la luz, llaves de paso y cosas parecidas... Es un modo de decir que lo que sembramos es eso, pero también lo que necesitamos en nuestra vida diaria", comenta Robles.

Sin embargo, el artista evita desarrollar un discurso teórico demasiado prolijo, en parte por no condicionar en exceso al espectador, y en parte porque cree que a menudo las cosas no necesitan de más soporte. "A veces te ves en la obligación de justificar de alguna manera lo que has hecho, explicar de dónde viene todo, por qué así y no de otra manera. Y me temo que el ‘porque me da la gana' no está bien visto'", sonríe Robles. "A la gente le gusta escuchar una explicación más metafísica, pero siempre hay muchos motivos para acometer una obra. Puede que simplemente algo te llame la atención, y necesites llevarlo a tu terreno".

Pintor desde la más tierna infancia por inducción de su padre, wenceslao Robles estudió Bellas artes en la capital hispalense y no tardó en empezar a mover su obra, casi siempre con la galería Nuevoarte. No obstante, confiesa que es ajeno a grupos y camarillas. "No hago vida social", asegura.

Respecto a la seda abierta en El patio de mi casa, sin otro particular, el artista sospecha que no se detendrá en esta muestra. "Cuando terminé estas piezas quería volver a mi rutina de pintura y grabados, pero también me di cuenta de que me he divertido haciéndolas y voy a seguir con ello, seguro. No sé si para una exposición entera, pero algo saldrá. Creo que se complementa muy bien con lo que hago, en la forma y en los contenidos", apostilla. 

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