Wert desdeña el impacto del cambio de temario para 30.000 opositores

El ministro de Educación niega que haya tantos aspirantes afectados y duda de que hayan estudiado en los últimos dos meses con los materiales antiguos, ahora derogados.

el 08 feb 2012 / 20:42 h.

El ministro de Educacion, José Ignacio Wert, ayer en el Congreso, detrás de la vicepresidente Sáenz de Santamaría. / efe

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, minimizó ayer el impacto real que tendrá la derogación de los temarios de las oposiciones a profesor a cuatro meses y medio del examen. El Gobierno no retirará la orden que ha modificado de repente los contenidos de la prueba, y Andalucía no aparcará la oferta de 2.389 plazas de Secundaria, FP y enseñanzas especializadas, prevista para junio.

La derogación de los temarios, vigentes desde noviembre, asaltó por sorpresa a toda la comunidad educativa. Aparecieron publicados en el BOE el lunes sin previo aviso. Ni los sindicatos de enseñanza ni las comunidades, que se habían reunido con el ministro días antes, conocían estos planes. "La cortesía y lealtad es avisar de las órdenes que se aprueban, no de las que se derogan", dijo el ministro. Ayer arreciaron críticas desde todos los flancos posibles: patronal, sindicatos, partidos, academias de formación, editoriales y, sobre todo, miles de opositores... Wert quiso desdramatizar el asunto y aseguró que no había tantos aspirantes afectados como calculan los sindicatos (60.000 en toda España). El ministro emplazó a comprobar el registro de inscritos en procesos anteriores. En Andalucía, en concreto, en los últimos cinco años nunca se han presentado menos de 30.000 opositores. En cualquier caso, Wert añadió que la decisión afectará a pocas comunidades (porque la mayoría no convocará). Las perjudicadas son Andalucía y País Vasco (PSOE), Canarias (CC) y Madrid, gobernada por el PP, que ayer se alineó con el ministro.

El PSOE le acusó de "castigar" a las regiones que mantienen las oposiciones en contra del criterio del Gobierno, y la Junta insiste en llamarle "cobarde", por no atreverse a recurrir la oferta andaluza en los tribunales "a sabiendas de que perderían". A la oleada de críticas, Wert respondió que no dará un paso atrás. La decisión está tomada y se sostiene, sobre todo, en un argumento: los temarios "no son los apropiados" y el Gobierno planea reformar el sistema de selección del profesorado, hacerlo más exigente, y los contenidos aprobados in extremis por el Ejecutivo anterior no responden a sus expectativas. En el tramo final de la legislatura pasada, todos los partidos trabajaron juntos para aprobar una reforma del sistema de acceso a la función pública docente. Todos apostaban por un modelo que sirviera para seleccionar a los mejores universitarios y convertirlos en los futuros docentes del país. El ministro Ángel Gabilondo llegó a esbozar un borrador que, entre otras cosas, exigía un nivel medio de inglés a los aspirantes y un periodo de prácticas en las escuelas más largo, más determinante y eliminatorio. Pero Gabilondo no quiso aprobar un real decreto de tanta importancia en los últimos días del mandato. "Hubiera requerido una negociación larga y un consenso de los partidos y los actores de la comunidad escolar. No hubo tiempo", explicó. La reforma se metió en un cajón, y se prolongó el sistema de oposiciones clásico a ultimísima hora. Los temarios nuevos se aprobaron cinco días antes de las elecciones generales, pero desde mucho antes se sabía que tenían que cambiar por fuerza.

El 31 de diciembre de 2011 había expirado el modelo transitorio -el proceso selectivo que primaba a los interinos y que estuvo en vigor cinco años-, según el calendario de la LOE. Después de eso, el Gobierno tenía dos opciones: ir hacia adelante, con la reforma prevista, o ir hacia atrás, y recuperar el sistema que existía antes del modelo transitorio. Se optó por la segunda opción. Pero no de forma "unilateral", como denuncia la oposición que ha hecho Wert, sino previa consulta a la mesa sectorial y con el visto bueno de los sindicatos. Ya el verano pasado se barruntaba que no daría tiempo a aprobar la reforma, así que Gabilondo distribuyó entre los sindicatos los nuevos temarios. Los aspirantes a profesor trabajaban con esos textos desde el pasado mes de agosto. En septiembre, los opositores empezaron a estudiar con esos borradores en las academias, hasta que el 15 de noviembre, fueron aprobados oficialmente, con algunos cambios, pero básicamente los mismos. Hace dos días los cambiaron.

Al margen de todo el trasfondo electoral de esta historia, el ministro Wert se agarró ayer a que con esos temarios, entrarían en el sistema educativo profesores con déficit. Es cierto, por ejemplo, que en los temarios aprobados por el Gobierno anterior se incluye Educación para la Ciudadanía (que ahora servirá de muy poco). Pero al restablecer los materiales que regían en las oposiciones hasta 2010 (que datan de 1993), se dan algunos sinsentidos, por ejemplo que en el área de Tecnología no aparezca ninguna mención a internet, o que en Biología todavía no se hable del genoma humano.

Ayer, en el congreso, Wert concluyó que el cambio de temarios será beneficioso para los opositores. "Si yo fuera opositor, estaría dando saltos de alegría", dijo, porque son los mismos contenidos que han venido apareciendo en los exámenes desde hace años, "y no uno con el que llevaban trabajando apenas unos días, suponiendo que durante las vacaciones de Navidad hubieran estudiado".

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