Pleno desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Ocho años han tenido que transcurrir para gozar de nuevo de una Semana Santa con todas las cofradías en la calle. Es el principal titular que deja una Semana de Pasión con carreritas, otra vez, en la Madrugá y con un nuevo paso, el 120, en las calles.
Pocos peros hay que poner a una Semana Santa que se saborea completa de principio a fin. Apenas fue necesario mirar al cielo ningún día -salvo en la amanecida de la Madrugá y en las primeras horas del Sábado Santo- y las calles volvieron a recuperar un trasiego ingente de público. Hasta el cardenal llegó a decir el Miércoles Santo que "este año parece que es Domingo de Ramos toda la semana". Las bullas se terminaron a partir del Viernes Santo.
Un nuevo paso. Su cuadrilla de costaleros ya la ha bautizado como la "Marinera de la calle Feria". La primera salida procesional de la Virgen del Carmen Doloroso bajo palio fue el gran estreno patrimonial de la semana. Aunque se trata de un proyecto aún en plena gestación, ya se atisba la conformación de un estilo propio: el de un palio alegre y, a la vez solemne, ajustado a una hermandad joven, de capa y de la calle Feria. Le sobraron representaciones civiles y militares ante el palio.
El metro. La puesta en marcha de la línea 1 del Metro ha inaugurado un nuevo concepto de movilidad en Semana Santa. No se tardó mucho en ver a nazarenos utilizando el suburbano para llegar a sus templos, de capa, pero también de cola y ruán. Desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, el Metro ha transportado a un total de 320.931 viajeros. El Domingo de Ramos fue con diferencia el día de mayor afluencia, con 61.535 viajeros, seguido del Lunes Santo, con 54.604, y Jueves Santo-Madrugada, con 52.690.
Carreritas. Las horas nocturnas de la Madrugá siguen siendo las de mayor tensión en las calles. Aprovechando la confusión generada por varios episodios de violencia, los gamberros de siempre intentaron de nuevo convertir a las cofradías en el blanco de sus desmanes. El fantasma de las carreritas de 2000 sigue planeando sobre la noche más hermosa, quizás porque las autoridades nunca ofrecieron una explicación convincente de aquel episodio. De nuevo este año hubo capirotes en el suelo, nazarenos corriendo, madres llorando y crisis de ansiedad. La botellona brota como hongos entre los que esperan los cortejos.
Estampas singulares. La Semana Santa de 2009 deja también un álbum de fotos para la historia, como la del Señor de Pasión sin potencias ni corona de espinas, una decisión de última hora que provocó la dimisión inmediata del promotor sacramental José María Moreno Bernal. El Señor de la Presentación al Pueblo de San Benito parece más humanizado con los brazos enteramente al descubierto. División de opiniones en La Sed por las nuevas potencias y la corona de espinas que por vez primera lucía el Crucificado. La estampa irrepetible la brindó la Virgen de Regla bajo el palio macareno de La Estrella.
Menos retrasos. A excepción del Miércoles y del Viernes, días en que se acumularon notables retrasos, los horarios oficiales se han cumplido con relativa perfección. Hay días que funcionaron como un reloj, sin parones. Destaca especialmente el esfuerzo del Martes Santo por ajustar sus horarios y, sin duda, el ejemplar comportamiento de las cofradías de capa de la Madrugá, con sus nazarenos en filas de tres en fondo en la Carrera Oficial. La Madrugá se cerró con sólo 8 minutos de retraso en la Campana.
La música. Entre lo mejor, la consolidación de marchas como Mater Mea entre el repertorio de muchos pasos de palio. El experimento de La Hiniesta de tocar Estrella Sublime con violines en Campana no funcionó. El remix de las Cigarreras con lo mejor de su repertorio es más propio para vehículos de incondicionales de esta formación.
