¿Y qué hago con el niño en julio? A esta pregunta angustiosa que se hacen muchos padres trabajadores cuando termina el curso, va a intentar responder la Hispalense. Y lo hará con un programa de intercambio con otros campus europeos para que niños de empleados a partir de 12 años puedan disfrutar de sus vacaciones mientras sus padres trabajan.
Para muchos padres con hijos, el final del curso escolar es una tragedia. Más aún para aquellos progenitores que trabajan en el mes de julio. Es el caso de la plantilla de la Universidad de Sevilla que, de materializarse el proyecto que tiene en mente el Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU), podrán conciliar aún mejor su vida profesional con la personal durante el verano.
La directora del servicio, Rosa Muñoz, está diseñando un programa de intercambio en vacaciones para los hijos de los trabajadores a partir de los 12 años. La idea es que los menores pasen quince días (se harían por tanto dos expediciones durante el mes de julio) en universidades extranjeras donde puedan aprender y practicar idiomas, así como conocer las costumbres del país que visitan. La Hispalense se ha puesto ya en contacto con universidades francesas e inglesas que se han mostrado muy receptivas a la iniciativa. Las universidades se comprometerían a facilitar un espacio para el alojamiento de los niños. En el caso de la Hispalense, esos espacios podrían ser desde el Colegio del Buen Aire (Castilleja de Guzmán) a la residencia de Estanislao del Campo, frente al campo del Betis.
El Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria lleva cuatro años aplicando medidas de conciliación. El banco del tiempo fue una de las primeras actuaciones, a la que les siguieron las guarderías propias (ya está funcionando la de Los Perdigones y en marcha la de Viapol y Estanislao del Campo) y los talleres de verano (proyecto Buho). El último programa en incorporarse ha sido el llamado de respiro familiar, en el que, entre otras medidas, se incluye el servicio de comida a domicilio para los mayores dependientes padres de trabajadores de la Universidad. El servicio se pondrá en marcha en septiembre. La empresa, ya contratada, les llevará el menú que ellos previamente hayan elegido dos veces por semana. El precio que pagarán los mayores no será superior a los 10 euros.
Profesoras-abuelas. La necesidad de conciliar la vida laboral con la profesional no es sólo cuestión de los padres. Las profesoras que ya son abuelas empiezan a reclamarlas también. "Ellas quieren incorporarse como usuarias de las medidas de conciliación", afirma la directora del SACU, Rosa Muñoz.
Otro de los retos en los que está embarcada la Universidad de Sevilla es en la aplicación del I Plan de Igualdad, aprobado en Consejo de Gobierno hace tan sólo unas semanas. Tras la vuelta de las vacaciones, la Oficina de Igualdad -dependiente del SACU- empezará a materializar medidas concretas encaminadas a reducir las diferencias que todavía existen entre los hombres y las mujeres dentro de la Universidad. Una de las primeras será la puesta en marcha del primer máster de igualdad.
Ya se hizo un primer diagnóstico en el ámbito universitario andaluz que arrojó "una situación calamitosa", recuerda Muñoz. De hecho, en aquel entonces la presencia de las mujeres en los órganos de gobierno era nula o ínfima. En el caso de la Hispalense, esta situación se ha subsanado al configurarse un gobierno paritario, tal y como, por otra parte, ordena la ley estatal. Cuando se hizo el estudio, las mujeres que lo redactaron "llegaron incluso a plantear la siguiente cuestión: ¿por qué decir Escuela de Ingenieros y no de Ingeniería?", apostilla la responsable del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria.
