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Y después de una expo, ¿qué se hace?

Sevilla y Zaragoza comparten historia tras sus exposiciones.

el 29 may 2010 / 17:53 h.

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Los modernos edificios de la Expo de Zaragoza se están preparando para acoger a las empresas que tienen intención de instalarse en el recinto de la exposición.

De nuevo una Exposición Universal -la de Shangai, en China- y la propuesta hecha por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, de celebrar algún tipo de evento en 2019 coincidiendo con el quinto centenario del viaje de Elcano traen a la mente recuerdos de la que se vivió en Sevilla hace ya 18 años... y de su día después. "¿Y ahora qué?", se escuchó aquí el 13 de octubre de 1992. El 15 de septiembre de 2008 fue en Zaragoza -la siguiente y última exposición de envergadura en España- donde se repitió la misma pregunta, a pesar de que los maños no querían calcar los errores que se dieron tras la Expo 92 en la capital hispalense.

Expo Zaragoza Empresarial fue el proyecto destinado a reconvertir el legado de la exposición internacional para colocar a la ciudad en el nuevo centro económico y financiero no sólo de la capital zaragozana, sino de todo Aragón. Un moderno parque empresarial que, según sus responsables, "se beneficia de multitud de equipamientos, servicios y ofertas culturales y lúdicas que formaban parte de la Expo". Pero está empantanado casi dos años después de la clausura.

En una reciente visita de la prensa al recinto expositivo para ver el estado de las obras, el director general de Expo Zaragoza Empresarial, Eduardo Ruiz de Temiño, respondió a las preguntas de los medios sobre el futuro de las infraestructuras afirmando que "la sociedad era sensible al legado" y que con dedicación parcial iban a ponerla una persona para recoger las iniciativas y canalizarlas hacia las diferentes instituciones o administraciones públicas que puedan dar salida a estas iniciativas.

Porque en la calle -hay hasta asociaciones, blog y entidades organizadas para pedir que se aproveche este legado y no se dilapiden tantos millones de euros de presupuesto- está el debate sobre las oportunidades perdidas tras una fuerte inversión.

"Se vendió políticamente que se gestionaría Expo Zaragoza de una forma muy distinta a Expo Sevilla y a Barcelona tras los Juegos, pero lejos de esto, para gestionar todo el proyecto y los terrenos tras la muestra, como personal cualificado, contratan a los mismos que estuvieron allí. No digo con ello que no fueran buenos, pero desde luego si se querían hacer las cosas distintas seguro que había otros profesionales de gran valía", reflexiona María Sasot, directora de cuentas de la empresa maña de comunicación Voca.

En la transformación de Expo Zaragoza 2008 en un parque empresarial, algunos de sus edificios se han mantenido tal y como estaban en la fase Expo -como ocurrió en Sevilla-, mientras que otros han sufrido o sufren adaptaciones para encajarlos en la vida de este nuevo punto central de la ciudad. Sin embargo, la oposición se queja de que en la actualidad, casi no se ha vendido nada y lo único que se ha hecho es acordar el traslado a esos terrenos de sedes institucionales, por lo tanto no hay recuperación de la inversión "porque todo queda en casa".

Así, la Torre del Agua y el Pabellón Puente se reconvertirán en museos para la ciudad, el Pabellón de Aragón se destinará a la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón y el Pabellón de España albergará el Instituto de Investigación del Cambio Climático.

"Ahora nos sobran terrenos para dedicarlos a la empresa y a la industria. Tenemos Plaza, la mayor plataforma logística de Europa, gestionada por una entidad semipública del Gobierno de Aragón; Empresarium, otro nuevo polígono industrial de iniciativa privada; Milla Digital, una nueva zona que también el Ayuntamiento está queriendo poner en marcha", apunta Sasot.

En Sevilla, las opciones para establecer ese suelo empresarial se redujeron a los terrenos que dejó la Expo. En el año 1991 -aunque se haya criticado que antes del fin de la exposición no se pensó en el futuro de la isla de la Cartuja- se fundó Cartuja 93, que dirigió, y dirige, el proceso de implantación de empresas en el recinto y vela por un criterio fundamental: cualificación tecnológica y responsabilidad social corporativa a las empresas y organizaciones instaladas en él.

Curiosamente, alrededor de ambas importantes citas para el impulso de estas ciudades, se dieron fuertes crisis económicas. Y además después de que la inversión pública en ambas ciudades quedará estancada y la necesidad de empuje por parte del sector privado se hiciera más acuciante. Aún así, el papel de las administraciones públicas ha sido fundamental. En el caso de Sevilla, tras la clausura de la Expo surgió la necesidad de gestionar su amplísimo patrimonio de manera eficaz. Destaca la tarea realizada en ese sentido por Agesa (la Sociedad Estatal de Gestión de Activos), que asumió la rentabilización de las inversiones realizadas mediante la reutilización de los activos y su liquidación.

En el caso de Cartuja 93, la Junta de Andalucía se convirtió el organismo con mayor participación en el proyecto, aunque se volcaron e intervinieron todas las administraciones, principalmente el Ayuntamiento de Sevilla, que sigue apostando por integrar a la Cartuja en el conjunto de la ciudad (la última medida ha sido configurarla como un distrito más).

La tecnópolis, esa pretendida ciudad -o barrio ya- de la tecnología que sigue creciendo, sólo admite actividades de I+D+i, de prospectivas tecnológicas, formativas, empresariales de alto contenido tecnológico y servicios avanzados.

En Zaragoza siguen inmersos en el proceso de reutilización de los recursos que se movilizaron para la Expo del Agua. De momento, el Consejo de Administración de la Sociedad Estatal Expo Zaragoza ha adjudicado la urbanización del futuro parque empresarial por un importe de casi 3,5 millones de euros. Los edificios del complejo que ya se están construyendo tienen que cumplir con la premisa establecida en los contratos: estar listos antes de diciembre de este año (más de dos años después de la clausura). Las críticas en la capital maña se basan en que, desde la concepción del proyecto, se quiso conjugar la oportunidad de la llegada del AVE -desde 2003- con la creación de la Plataforma Logística de Zaragoza y la inauguración de la Expo, donde desde la concepción de los distintos pabellones se tuvo en cuenta la intención de reconvertirlos en parte del parque para empresas. Aunque fallaron.

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