Junta no va a abrir nuevas fosas cercanas a Alfacar, al menos no ahora. Entre sus prioridades para 2010 no están ni El Caracolar ni Víznar, enclaves próximos a la Fuente Grande en los que se estima que hay al menos 2.000 fusilados. Quizá entre ellos estén Galadí, Arcollas, Cobo, Roldán, Galindo y Lorca, pero ahora toca emprender exhumaciones en otros puntos, en un cuidado equilibrio entre provincias y familias afectadas. Ahora toca buscar a 19 mujeres en Gerena (Sevilla) y a 200 republicanos en El Marrufo (Jerez de la Frontera, Cádiz). Con esta decisión se reabre un debate viejo de 73 años, tantos como han corrido desde el fusilamiento de Lorca: ¿dónde están sus restos? Verdad es que Justicia no los buscaba, porque no lo había pedido la familia, pero también es verdad que si precisamente se ha ido a buscar en Alfacar a los que lo acompañaron aquella noche es porque testigos e historiadores marcaron el terreno por él, por el poeta.
Fue el supuesto enterrador de Lorca, Manuel Castilla El Comunista, el que relató a Agustín Penón y a Ian Gibson las coordenadas del parque. Debería estar junto a dos olivos. El investigador Gabriel Pozo sostiene, por contra, que Castilla confesó años más tarde que fue a la zona tres días después del 18 de agosto del 36, cuando mataron al de Fuentevaqueros, así que no lo vio ni enterró. Este autor sostiene que Lorca fue llevado al Caracolar, que fue desenterrado después y trasladado a un sitio desconocido. En un estudio pagado por la Diputación de Granada en los años 80 vuelve a señalarse la misma zona; lo hacen expertos como Ramos Espejo o Vila. Otros estudiosos sostiene que Lorca descansa en su huerta de San Vicente, donde lo llevó su familia tras rescatarlo de la tierra.
