"Un tamaño adecuado y profesionalidad a ambos lados de la cadena. Son las exigencias del nuevo modelo de relaciones entre los productores y la distribución comercial".
Fue éste el mensaje que Ignacio García Magarzo, director general de la patronal española de los supermercados, Asedas, lanzó a los cooperativistas andaluces a finales de marzo, en el congreso regional celebrado por la asociación que las aglutina, Faeca. Su conferencia tenía morbo, habida cuenta de los piques entre los agricultores y las cadenas comerciales.
García Magarzo, en este sentido, señaló que ha de imponerse un nuevo modelo de relaciones entre productores y distribuidores, en el que prime "la cooperación y no la pugna", se imponga "el reparto de riesgos" y sea determinante la "flexibilidad ante los cambios del consumidor".
Así, la rotación (que un producto se compre más y dure poco en la estantería) será clave en el negocio comercial, así como el menor coste de la logística (transporte) y la reducción de las mermas (productos desechados y roturas). "Es decir, necesitamos proveedores que aseguren el suministro con un transporte eficiente, y acuerdos a medio y largo plazo". Y una máxima: el precio.