El 27 de mayo de 1921 se celebró un pleno en el Ayuntamiento de Olivares en el que se daba cuenta de que la Dirección General de Correos y Telégrafos había concedido la instalación de una estación de telefonía en Olivares. Para ello solicitaba “una casa decorosa situada en sitio céntrico del pueblo y con una capacidad suficiente para instalar los servicios y vivienda del funcionario encargado de la misma”.
El concejal de Patrimonio y Turismo de Olivares, Basilio Rodríguez, rescata la historia de aquella oficina y sus años de permanencia en Olivares hasta que se automatizó este servicio. De este modo, tras la petición de Correos y Telégrafos, el Ayuntamiento de Olivares acordó el arrendamiento con José Delgado González de una vivienda de su propiedad en la antigua calle Carlos Cañal, 32 para instalar allí la primera centralita del municipio. Ésta daría varias vueltas hasta que terminó en el número 4 de la calle Roelas.
Fueron muchos en el pueblo, sobre todo mujeres, los que se hicieron cargo de este servicio durante su permanencia. Los primeros días de trabajo en la oficina fueron caóticos, pues los abonados no se conocían por sus nombres sino por sus apodos.Llegó hasta tal punto la confusión que decidieron hacer un listado de abonados con los apodos de los vecinos de Olivares, según relata en su estudio sobre el servicio el concejal del PSOE, que también es miembro de la Asociación Provincial Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales.
En 1972 este servicio paso a manos de Carmen Conde, que llegó a Olivares con su marido, Sebastián Vázquez, y sus cuatro hijos Antonio, Fuensanta, Carmen y Juan Vázquez Conde, desde Marinaleda, pueblo donde ya habían trabajado en la oficina que dirigía un familiar. Su marido la ayudaba repartiendo los telegramas y avisos de conferencia, aunque la mayor parte del día, el trabajo lo realizaba su hija Fuensanta. Y también la ayudada su hermana Carmen. Precisamente hoy día las dos son personal de Telefónica: la primera trabaja en Sevilla y la segunda en Valladolid. Cuando llegaron a Olivares la centralita tenía aproximadamente un centenar de abonados en el pueblo, más 80 de Villanueva del Ariscal y una veintena de Albaida del Aljarafe.
Durante los nueve años que la centralita estuvo dirigida por esta familia también trabajaron como operadoras Ana Velasco y las hermanas Ramona y Manoli Reyes, entre otras muchas cuya participación en este prestación documenta este estudio realizado por el responsable municipal de Patrimonio y Turismo del pueblo.
En 1981 dejo de funcionar la antigua centralita, después de 54 años de servicio en Roelas, y todo el control telefónico pasó a la central automatizada de la calle Maestro Rodrigo, 1 en la barriada de Los Tambores. Lógicamente, eran otros tiempos.
