Nada más regresar a Andalucía, tras las elecciones de 2004, Javier Arenas hizo públicas algunas de sus recetas para lograr el cambio político en la comunidad autónoma. Si para reorganizar sus filas dio la consigna de que en el PP se impondría la consigna "una persona, un cargo", para afianzar los lazos con la sociedad civil no se cansó de decir que se iba a valer de los independientes. Llegada la hora de la verdad, a un mes de la cita con las urnas, en las listas del PP-A brillan por su ausencia los profesionales ajenos a la política y hay 26 personas que, de salir elegidas, tendrán dos cargos públicos.
Javier Arenas se ha fotografiado en estos años con independientes -algunos más que otros- que aglutinó en la plataforma Andaluces por el cambio. Era su versión de un colectivo similar que tuvo un gran protagonismo en Cataluña en los meses previos a la alternancia de 2003, cuando la izquierda logró votos suficientes para desbancar a CiU después de muchos años de gobierno. Isidoro Beneroso, ex socialista y ex presidente de El Monte, fue el encargado de presidir la plataforma.
A ella se sumaron nombres de distinta procedencia, muchos de ellos vinculados a sectores progresistas, como el ex rector Juan Ramón Medina Precioso, representantes vecinales, el presidente del comité de empresa de la Consejería de Salud, Antonio Barreda Alcobet; o algunos sindicalistas. Esos profesionales se integraron en distintos foros bajo el paraguas de Andaluces por el Cambio, siglas concebidas en gran medida como un reclamo para los ciudadanos que desconfían de los políticos. Los independientes vendrían a aportar un plus de credibilidad al PP. Siempre que ha tenido oportunidad, Arenas ha hecho un guiño en ese sentido, asegurando que en sus listas iban a estar presentes.
Pero ni los foros ni los independientes están teniendo una presencia notable en la precampaña del 9-M y, a la hora de hacer las listas, el planteamiento inicial de Arenas ha sido descartado. Ha pesado más el factor arrastre: lograr que quienes obtuvieron buenos resultados en las elecciones municipales aprovechen ese camino recorrido hace sólo ocho meses para captar votos para el 9-M. De ahí que 26 cargos municipales del PP de toda Andalucía vayan en las candidaturas de las eleccioens autonómica y generales. "La mayoría de los candidatos del PP tienen experiencia política", destacó la dirección del PP-A en la presentación de sus candidaturas.
"El PP quiere dar un carácter profundamente municipalista a los equipos que trabajarán por Andalucía en los próximos cuatro años", proclamaba la nota en la que se dieron a conocer los nombres de los candidatos. Y es que los populares recurrirán al tirón de los munícipes a pesar de que con ello se contraviene la teoría que Javier Arenas ha defendido en público de que un dirigente no puede estar en varias cosas a la vez y hacerlas todas bien. No hay ni rastro de esa filosofía en lo que se refiere a la veintena alcaldes y concejales, pero tampoco en los cargos orgánicos del partido: todos los presidentes provinciales van en una lista al Parlamento andaluz.
Queda en el olvido lo aprobado en octubre de 2004, en el congreso en el que el partido quería sentar unas sólidas bases para preparar estas elecciones: "Ningún cargo público podrá ostentar más de dos responsabilidades ejecutivas en el partido ni dos de las mismas características en los distintos órganos institucionales".
