Local

¿Y si un par de mulas tiraran del Metrocentro?

Los tranviarios fueron los protagonistas en la inauguración de la exposición del 125 aniversario del transporte público en Sevilla.

el 09 oct 2012 / 20:01 h.

TAGS:

-->-->-->

Francisco Muñoz rememora las pillerías de los chiquillos que, para no pagar el billete del tranvía, se subían en los topes de aquel armatoste de hierro que tantas alegrías dio a Sevilla. "Era una imprudencia que a veces acababa mal", explica este hombre de 85 años que estuvo 10 de ellos en el servicio de transporte público. Él, como otros tranviarios, acudieron a la presentación de la exposición que conmemora el 125 aniversario del transporte público en Sevilla, que se inauguró ayer en la sala de la Logia. Y es que no se pierden ni una. Ya estuvieron, por ejemplo, en el estreno de la ampliación del Metrocentro, hace año y medio, del que no se cansan de repetir que "es un lujo".         

Su afirmación no está exenta de lógica. Ellos aguantaban el cimbreo de un tranvía que dio su última boqueada por mayo de 1960 y ahora, fruto de las tecnologías, se ha reconvertido en un suave balanceo que lleva de Viapol a Plaza Nueva.  Pero tampoco se podían quejar si se comparan con los inicios, en los que eran un par de mulas las que tiraban con un armatoste donde cabían sólo 18 personas. ¿Y si las mulas tiraran del Metrocentro? Siguiente pregunta.

Este transcurrir se desgrana en una exposición de 140 fotos cuya entrada es visible en la plaza San Francisco. No en vano, está aparcado un tranvía de los años 50, de los llamados teleras, que con su tono colorista hace de cartel de neón idóneo para atraer al turista o al nostálgico sevillano.

Del segundo grupo son los tranviarios, que hasta se subieron al viejo vehículo. Miguel Carrascal y José Fuentes, dos de ellos, se zambullen en recuerdos y conversan de la línea de novatos: la que iba al Cementerio. "Era corta y fácil de llevar", explica Miguel, que conversa sobre los depósitos de tranvías que había: el de Osario y Triana. Y aquel último día, en el que pasaron de un plumazo del tranvía al autobús. De estos segundos también había nostálgicos. "La movilidad ahora es otra historia, antes había ocho o diez líneas", señala Antonio Romero, jubilado de Tussam que tiene toda una cátedra al volante de un transporte público que para tener tiene hasta un libro recordatorio, que se presentó ayer y es obra de Miguel Cano y Manuel Galán.

  • 1