Elizabeth Ortega y el pequeño Adrián viendo la salida del Cautivo de Torreblanca.
Eran poco más de las seis de la tarde cuando salía el palio de San José Obrero. Desde las Setas de la Encarnación la buena nueva llegaba a través de la pantalla de un monitor y del sonido que entraba, con una nitidez ansiada, por los altavoces del set. Sucedía lejos, pero las cámaras de ElCorreoTV nos hacían sentirlo muy cerca. A todos, incluso a los que físicamente se encontraban a cientos de kilómetros de Sevilla. «Mi hijo Ignacio, con seis días de vida, esperará al 2015 para conocer #SSantaSevilla14. En Madrid siguiendo @elcorreoweb con mucha morriña», explicaba un sevillano en la capital, Alfonso Gentil, con la pasión que cabe en 140 caracteres, que es mucha.
Así se ponía un día más en la calle la cofradía de los anhelos. Un cortejo en el que Víctor García-Rayo defiende a la perfección su papel de diputado mayor de gobierno, con tramos que forman a sus nazarenos desde los lugares más extremos. De Toulouse a Madrid, de Atenas a Chipiona, de Estocolmo a Cantillana... y hasta una infinidad de puntos donde la pasión enciende cirios que, al cuadril o sobre el asfalto según si viste capa o ruán iluminan la esperanza de disfrutar la Semana Santa de Sevilla por la pantalla de un televisor que sabe a gloria cuando uno está tan lejos de lo que sueña.
Con los nervios del día de la estreno guardados a la espera de nuevos retos a los que este equipo, con brío, siempre mira de frente, el navío de esta histórica retransmisión avanzaba presto surcando los mares de azahar, incienso y cera que dibujan cada Semana Santa. Así de hermosa, como en San José Obrero, La Milagrosa, Alcosa y Torreblanca, así de bella se veía la ciudad y sus cofradías desde el palo mayor de la Sevilla contemporánea donde ElCorreoTV tiene su particular puerto en estos diez días del gozo.
García-Rayo preguntaba. «Yusted, ¿cómo vive las vísperas?. Un mensaje que por las redes llegaba al mundo. Con él, las respuestas. «Desde Riad (Arabia Saudita) impagable su labor, van a repetir la salida del Señor Cautivo de Torreblanca, fui costalero 10 años». Era Enrique Figueroa, otro motivo más para dar sentido al esfuerzo de un equipo de profesionales que cuenta con el corazón la pasión que otros extrañan.
De Manuel Fernández a Antonio Delgado-Roig, de Inmaculada Leflet a Manuel Esteban, de Antonio Viola a Elizabeth Ortega... y un equipo técnico que hace posible todo este milagro. Todos fueron ayer, un día más y lo que nos quedan, cicerones de Sevilla, del azul Sábado de Pasión, de sus cofradías. ¿Usted cómo vive las vísperas desde su casa, desde cualquier lugar del mundo? Por primera vez, una televisión local, la de El Correo de Andalucía, le permitía quitarse esa espinita.