Menú
Local

Y yo, ¿cómo me llamo?

La antigua Aparejadores despeja la incógnita del nombre de sus estudios: dará el Grado en Ciencia y Tecnología de Edificación

el 11 sep 2012 / 17:45 h.

TAGS:

En cuatro años, la Escuela de los antiguos Aparejadores ha cambiado tres veces de nombre.

La conocida por todos como Escuela de Aparejadores, en el campus de Reina Mercedes, escribe este año un nuevo capítulo en el galimatías de nombres que viene sufriendo. Los estudiantes que se están matriculando este curso en el centro ya saben qué aparecerá en su título de graduado. La Universidad de Sevilla ha decidido que "de forma temporal" el Grado en Ingeniería de la Edificación (la denominación motivo de trifulca judicial entre ingenieros y aparejadores y que saldó el Supremo en favor de los primeros) pase a llamarse Grado en Ciencia y Tecnología de Edificación. La denominación es temporal porque la Universidad ha pedido amparo al Tribunal Constitucional y, aunque ha pasado todos los trámites legales dentro de la comunidad autónoma, tiene que salir publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

No obstante, la decisión despeja la incertidumbre de los alumnos de nuevo ingreso, pero ¿qué pasa con los graduados en 2009, 2010, 2011 y 2012? El director de la Escuela, José María Calama, explica que a la primera promoción del grado se le expedirá el título como Ingenieros de la Edificación, ya que, por aquel entonces el Supremo no se había pronunciado. Los de 2011 y 2012 ya serán graduados en Ciencia y Tecnología de Edificación. Pero los de 2010 no verán aún despejada la incógnita.

Aunque la incógnita sobre el nombre está despejada, lo cierto es que la decisión ha dejado un sabor muy amargo en la Escuela. Su director lo resume así: "Nos han pegado un palo". Y es que José María Calama sostiene que los estudios que ofrece el centro han perdido tirón entre los alumnos como consecuencia del tira y afloja que ha habido en torno a su denominación y a que la decidida finalmente (recordemos, Grado en Ciencia y Tecnología de Edificación) no tiene "ninguna similar" en el resto de Europa. "Por primera vez -abunda Calama- no hemos cubierto plazas. Hemos ofrecido 400, como el curso pasado, y si entonces tuvimos 800 solicitudes, este curso llevamos 280. Es un desastre", se lamenta Calama, para el que la crisis, cuyo origen estuvo en el sector de la construcción, no explica este descenso a los infiernos. "Si fuera la crisis, Arquitectura tendría un problema similar, y no es así. Además, allí piden más de un siete de nota para entrar y nosotros estamos en un cinco, por debajo incluso de Filosofía", argumenta el director de la Escuela.

La denominación de los estudios de Ingeniería de la Edificación enfrentó a los ingenieros con los aparejadores. Los primeros plantearon un pleito por este motivo y el Supremo terminó dándoles la razón alegando que el nombre era "confuso". Treinta y dos universidades españolas se vieron afectadas. En el caso de la Hispalense, la tensión ha sido evidente entre el Rectorado y la dirección de la Escuela. Esta última se ha lamentado en público y en privado de la falta de implicación del Gobierno de la Universidad en la defensa de sus intereses.

Finalmente, la Hispalense se ha decantado por la solución más salomónica: cambiemos el nombre, aunque sea de forma provisional (aún queda que se pronuncie el Constitucional, aunque hay pocas esperanzas en que la situación pegue un vuelco), y demos una solución a los estudiantes. Y todo aunque al centro no le satisfaga. Al centro lo único que le queda es rebelarse de forma simbólica y atender el teléfono con un "Aparejadores, dígame".

  • 1