Los 228 trabajadores de la fábrica que la multinacional de sanitarios Roca tiene en Alcalá de Guadaíra están literalmente en la ruina. Su futuro económico es más que complicado a causa del ERE extintivo que ha presentado la empresa para cerrar la factoría sevillana y ponerles a todos, uno detrás de otro, en la calle. Pero, quizás, lo más grave de su situación es que estos trabajadores llevan ya varios años con regulaciones de empleo, lo que ha provocado que muchas de estas personas tengan prácticamente agotado el paro. "A algunos les quedan 10 meses, pero hay otros que ya casi lo han consumido", relataron ayer al unísono Miguel Ángel Zambrano, Rogelio Oliveros, José Manuel Castellanos, Manuel Báez y Jorge León, mientras se concentraban ante las puertas del Parlamento de Andalucía, tras la marcha a pie que realizaron desde Alcalá de Guadaíra. El día no era el mejor para movilizarse, porque la intensa lluvia no dejó de acompañarles, pero indicaron que la acción ya estaba programada y no podían desconvocarla.
Insistieron en que el tiempo se les acaba, el domingo es el día que acaba el plazo para que Roca presente el ERE, por lo que ahora sólo les queda seguir adelante con sus movilizaciones para intentar que la multinacional de sanitarios dé marcha atrás.
Estos trabajadores explicaron que están pasando por momentos muy difíciles. "Cuando la empresa en diciembre presentó el primer ERE, que luego retiró para presentar el actual, estábamos sin trabajar, en un expediente de regulación temporal de empleo, pero lo peor de todo es que no presentaron a tiempo la documentación para el paro, con lo cual el subsidio del mes de diciembre no lo hemos cobrado", criticaron. Por ello, remarcaron que entre ese retraso y el tiempo que ya llevan en huelga -desde principios de enero- arrastran más de dos meses sin percibir dinero alguno, "por lo que ya tenemos compañeros que no pueden pagar su hipoteca".
Reconocieron que la mayoría está teniendo el apoyo de la familia, "pero es una situación que no se puede prolongar mucho tiempo más". Ante esta situación, los trabajadores se están planteando crear una bolsa para ayudar a los que se encuentren en una situación más precaria, pero tampoco descartan poner urnas en algunas empresas que les han ofrecido su colaboración para recaudar dinero. Y es que, tal y como recordaron, si Roca cierra, serán 228 familias las que se queden en la calle y con un futuro más que negro.
Jorge León, con 25 años de trabajo en Roca, advirtió de que en toda la plantilla sólo hay dos personas que podrían acogerse a la prejubilación y el resto tiene entre 45 y 55 años, "una edad muy buena para encontrar otro trabajo", indicó con sorna. Además, explicó que todos tienen familia que mantener, "con niños de corta edad y con mujeres que también están en el paro".
Estos trabajadores siguen sin explicarse cómo una multinacional que no deja de crecer, con la apertura de nuevas fábricas, puede cerrar la planta de Alcalá de Guadaíra, "cuando no puede echar la culpa a la crisis que vive el país, porque todo lo que se fabrica aquí es para exportar". Además, censuraron que Roca ha incumplido sistemáticamente su palabra, porque cuando se cerró Cerámicas Bellavista y hubo un reajuste de plantilla en Roca se dijo que era con la condición de dar viabilidad "a nuestra planta".
A pesar de los duros momentos por los que están pasando saben que tienen el apoyo de sus vecinos y de todas las formaciones políticas. De hecho, ayer, mientras el grueso de la plantilla se concentraba en las puertas del Parlamento de Andalucía, una representación sindical de UGT y CCOO se reunió con representantes de las tres formaciones: José Muñoz (PSOE), Carlos Rojas (PP) y José Antonio Castro (IU).
En la tarde de ayer también tenían una cita con la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, que se suspendió por problemas de agenda de la popular.
