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«Ya no veo Telecinco, no me va ese tipo de información»

Periodista de raza y de vocación, la directora de Hora 25, el espacio informativo nocturno de la Cadena SER, recuerda su paso por la televisión y analiza la difícil situación que vive el periodismo en nuestros días.

el 25 oct 2009 / 21:21 h.

Àngels Barceló.

-¿Le gusta estar en el otro lado de la entrevista?

-No me gusta nada, prefiero entrevistar. Me parece el mejor género del periodismo. Que me pregunten me cuesta un poco más.

-Hora 25 es líder de audiencia. Eso le dará una gran tranquilidad en los tiempos que corren.

-Una tranquilidad y una gran responsabilidad. Para mí el paso de A vivir que son dos días a Hora 25 fue un ataque de responsabilidad, por la persona a la que iba a sustituir. El programa tenía el sello de Carlos Llamas hasta la médula. Un compañero periodista, al que admiro muchísimo, me llamó el día antes y me dijo: "Àngels, sé tú". Para bien o para mal, el público ya se ha acostumbrado a mí.

-¿Cómo ve lo que está pasando en el periodismo?

-Estoy muy asustada y a veces, incluso, desencantada de la profesión. Creo que con la excusa de la crisis cada vez hacemos menos periodismo. Cada vez cuesta más estar donde pasan las cosas. Además, hay un desprecio absoluto de la clase política hacia nuestro trabajo. Ya no hay ruedas de prensa con preguntas prácticamente. Y nosotros hemos ido tragando. La profesión está en crisis y esto hace que los que nos dedicamos a esto y nos gusta estemos en crisis.

-Desde que comenzó la crisis, más de 2.500 periodistas han sido despedidos. ¿Por qué esto no sale en los medios?

-No se habla de nuestro sector. Hablamos de la industria del automóvil, de la construcción, pero el periodismo está muy tocado y, bajo el paraguas de la crisis, muchos empresarios se refugian para que dejemos de hacer periodismo. Y no sólo están los despidos, que son muy considerables.

-Qué me dice de los sueldos que se están pagando a los periodistas.

-Recuerdo que cuando yo empecé en esta profesión evidentemente empezabas cobrando poco, pero tú sabías que aquello tenía un límite, que habría un día en que irías cobrando más. Ahora no. Tengo compañeros casados, padres de familia, que son mileuristas. Pagan muy mal. Yo creo que lo que debería ser un pilar de un Estado democrático cada vez está teniendo los cimientos más débiles, y me preocupa mucho.

-¿Y de quién es la culpa?

-Nos la podemos repartir los empresarios, que se refugian en el paraguas de la crisis, y nosotros, que deberíamos negarnos a ser voceros de los políticos y dejar de tragar todo lo que tragamos.

-¿Y cómo se hace eso?

-Denunciando las dificultades que nos ponen, como una rueda de prensa sin preguntas. Igual que cuento a los oyentes desde que estalló el caso Gürtel que siempre intento que haya alguien del PP en el programa, sin éxito.

-¿Es más difícil informar sobre el PP estando en la SER?

-No, pero piensan que somos incómodos. Yo quiero ser incómoda con el PP y con el PSOE. Si mi trabajo les incomoda, lo hago bien.

-¿Echa de menos la televisión? ¿Qué recuerda de Telecinco?

-No me planteo ahora volver. Esas cosas llegan solas. De mi paso por Telecinco me queda que se vivió la mejor época de informativos en esa cadena. Además, me dio la oportunidad de vivir de primera mano acontecimientos mundiales. El mundo giró y yo giré con el mundo, y eso fue maravilloso.

-¿Ve ahora esos informativos?

-No [reflexiona si añadir algo]. Es un tipo de información que no me interesa. Veo Cuatro y TVE, que son los que más informan.

-Dejó Telecinco para volver a Barcelona con su familia. Ahora trabaja en Madrid. ¿Cómo concilia?

-Como se puede. Soy un modelo de conciliación porque he tenido mucha ayuda familiar y he podido contratar ayuda. Dejé a mi hija con tres años viviendo en Barcelona y me fui a Madrid. Mi hija tiene ahora casi 17 y es maravillosa. Me ha salido bien, pero no es fácil. Tiene mucho desgaste emocional. He tenido momentos muy duros, incluso de querer abandonar.

-¿Qué le parece el Premio Ondas a Jorge Javier Vázquez?

-Me sorprendió. Yo conozco a Jorge Javier. Me parece un tipo maravilloso y un gran presentador. Dicho esto, él representa lo que a mí no me gusta de la televisión.

-¿Usted entrevistaría a personajes como Belén Esteban?

-Sí. Todo el mundo tiene una entrevista. Yo he pasado años compartiendo maquillaje con Belén y Rocío Carrasco. Las conozco. Todo el mundo tiene otra cara. La lástima es que nadie la saque.

-De todas sus experiencias informativas, ¿con cuál se queda?

-Siempre con la última. Cuando cayeron las torres gemelas, estuve desde las dos de la tarde a las 12 de la noche sentada en un estudio, alucinando con poder contar lo que estaba pasando. Después de eso pensé que ya nos quedaba poco por ver. Pues hemos visto más cosas. Me quedo con todo: con el 11-S, la muerte del Papa más mediático de la historia, haber vivido desde Belgrado los bombardeos de la OTAN... con todo.

-En internet hay una periodista de TVE que la acusa de apropiarse de una entrevista que hizo un redactor suyo.

-Me sorprendió mucho. Doblar una entrevista de otro redactor es algo que en radio se ha hecho toda la vida. Si te dan una entrevista a las nueve, no puedo hacerlo. La hizo una persona que no se sintió dolida, y vino diciendo que la podíamos doblar. No conozco a la persona que me atacó así, pero demuestra que no me conoce.

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