Local

Yihadistas sevillanos

El amplio reportaje de este periódico de hace días sobre las organizaciones yihadistas en las capitales andaluzas debería haber producido conmoción pero, al parecer, no es así; ni en las Cartas al Director, ni, aparentemente, en los organismos municipales ha habido respuesta.

el 16 sep 2009 / 06:52 h.

El amplio reportaje de este periódico de hace días sobre las organizaciones yihadistas en las capitales andaluzas debería haber producido conmoción pero, al parecer, no es así; ni en las Cartas al Director, ni, aparentemente, en los organismos municipales ha habido respuesta. A buen seguro la estructura policial estarán respondiendo con investigaciones que darán frutos pero, por otro lado, ¿no tendría que responder también -o, al menos, preguntarse para ver si surge una respuesta- la sociedad? Nos encontramos de nuevo -la Historia está ahí para algo- con el fenómeno de la criptoreligiosidad, tan repetido en nuestro pasado.

A comienzos del XVI los bautismos forzados y las prohibiciones de hablar el árabe o tener libros escritos en esa lengua producían el islamismo oculto, en la segunda mitad del XVI las ideas de los círculos erasmistas se convertían en conciliábulos protestantes, a partir del XVIII y hasta la muerte de Franco la masonería era algo portador de las peores esencias, por no hablar de que en una parte del XIX a los que, simplemente, eran constitucionalistas la intolerancia los empujaba hacia las sociedades secretas.

Ahora puede ocurrir algo parecido si las ideas musulmanas (libres, como cualquier otras en el mundo democrático) no encuentran otra salida que una práctica oscurantista, pero con una gran diferencia: todas aquellas tendencias no eran violentas desde sus fundamentos; éstas si. Probablemente en El Cerezo hay ya tantos musulmanes como cristianos pero no se ve allí ninguna media luna corando un alminar; no hay en Sevilla otras teterías que las montadas para turistas? Las formas de vida de ese mundo no se ven y eso significa opresión aunque, como dijo el otro día Amnistía Internacional, sea invisible. Nada más propicio para los asesinos que la invisibilidad.

  • 1