Sergio, de 13 años, sólo puede encender el ordenador y conectarse a internet los fines de semana o si lo necesita para un trabajo escolar. Por eso, cuando se realiza la entrevista (miércoles) y posa para el fotógrafo con su madre ante la pantalla encendida, aprovecha para pedir a su madre que le deje ver el tuenti un rato mientras llega la redactora. "Por él estaría todo el día", dice Inma, su madre.
En su casa hay dos televisiones, ambas en zonas comunes, y dos ordenadores, uno antiguo de sobremesa y otro portátil, que según reconoce Inma se compraron básicamente por los niños (Sergio tiene un hermano de 10 años) y están en su cuarto. Sergio tiene un móvil que le regaló su madre "pero no lo usa porque en el colegio no se lo dejan y lo guardamos".
Inma limita el tiempo de conexión a sus hijos porque "les quita de estudiar" y por "miedo a que se enganchen". "Lo veo por amigos suyos, que les dicen que se bajen a jugar y si están con el ordenador no quieren. Ellos les gritan picado. De todas formas, él en cuanto siente a sus amigos en la calle, prefiere irse", relata. Su hijo lo corrobora, aunque usa el messenger o el tuenti para quedar antes que el teléfono. También reconoce que le gusta el ordenador más que la tele y la consola, a la que ya apenas juega. "Veo el tuenti, también páginas de deportes, y los vídeos de youtube", dice.
"Yo lo que quiero es que me agregue al tuenti, a ver qué hace", dice Inma, pero Sergio no parece estar por la labor, aunque delante de su madre rehúsa negarse. "A mi hermano sí lo tengo", alega. "Sí pero se lo quitaron, por su edad, porque se supone que es a partir de 14 años. En realidad tú tampoco lo deberías tener", le recrimina la madre al mayor.
Sergio no chatea con extraños, aunque en su tuenti tiene agregados algunos amigos de amigos que conoce de vista. "A veces se me agrega algún nota pero lo ignoro", dice. "Eso también me preocupa, le dicho que no contacto con desconocidos", subraya Inma.
El padre de Sergio revisa las páginas que visita y ambos están pendientes de la pantalla cuando sus hijos están delante del ordenador. "También confío en él. Hasta ahora no le hemos pillado nada raro, no sé si porque sabe que lo miramos", concede.
A Sergio le abrió su perfil en tuenti una amiga hace dos años y él hace poco le hizo uno a su madre en Facebook. "Pero no lo sé usar", reconoce Inma. Sergio tiene dos cuentas de correo electrónico aunque usa más el messenger. A Inma también sus hijos le abrieron una, pero apenas la utiliza. Sergio se baja música y juegos de internet "con el Ares". "Yo sé bajar películas", presume su madre. Y si para Inma el tuenti es "un sitio que usan para ver las fotos con sus amigos y eso", Sergio no duda en utilizar las palabras "red social".
Inma tiene claro que "hoy cualquier niño sabe mucho más de todo esto y utiliza las nuevas tecnologías con una naturalidad impresionante", pero también que hay que estar vigilante. Se lo dicen a los padres en el colegio y lo comentan entre las madres, aunque no todas reaccionan igual. "Una vez avisé a una vecina de que me había enterado de que un juego al que estaban jugando podía enganchar y ella me dijo que prefería que estuviera en casa con el ordenador a la calle".