Ángel Moreno guarda los secretos de la velocidad femenina en España. En los últimos años sus atletas han dominado con pasmosa superioridad desde el 100 al 400 mientras pule otra joya que puede tomar el relevo de Belén Recio. Sin embargo, en la competencia internacional el panorama se torma sombrío, cuando venimos además, de un sonoro fracaso en los Juegos.
A Ángel Moreno no es que se le pueda tomar por un loco, es que lo es, un loco apasionado por un deporte que reporta ingratitud a raudales en casi todos los momentos después de horas y horas de duro entrenamiento, horas y horas sobre una pista que mide los sueños, las frustraciones y las limitaciones del ser humano. A Ángel le gusta el personaje de loco, pero sus conversaciones sobre atletismo tienen poco de locura y sí mucho de una verdad forjada por décadas de trabajo entusiasta y casi siempre altruista.
Considera que en el atletismo y todo lo que le rodea hay mucha falsedad e hipocresía y no cree que que se pueda tachar de fracaso los resultados de los Juegos Olímpicos de Pekín, donde España no se trajo ni una sola medalla, algo que no ocurría desde Seúl 1988, si bien es cierto es que la selección sólo acumula en total 11 preseas olímpicas en toda su historia y salvo en Barcelona 92, nunca logró más de dos en esa magna cita.
"Soy campeón de España absoluto 29 veces, pero mi trabajo, de lo que vivo es de ser peón, no somos profesionales del atletismo y por eso no me pueden hablar de fracaso cuando me quedo a una décima de ir a los Juegos Olímpicos", cuenta el vehemente entrenador sevillano, quien tiene claro a través de su ingente experiencia que el problema del atletismo reside en un porcentaje alto en la falta de formación de los entrenadores.
"En general no hay interés por el atletismo, no se ha cuidado desde hace mucho, no hay una solidez. Esto es un poco una pachanga. Yo soy el campeón de España y no tengo acceso a la información de los entrenamientos en Europa, no puedo porque no soy profesional. En España y en Andalucía no se sabe de velocidad. Tengo claro que una gran atleta como Belén Recio no puede funcionar así, confiando en alguien que no vive de esto", se lamenta Moreno, quien sentencia: "si yo fuera Belén Recio o Julia Alba o Raúl Fernández no hubiera entrenado con Ángel Moreno, dudaría de las formas".
Queda lejano el tiempo en que la excusa se centraba en la falta de medios e instalaciones. En Andalucía hay pistas de atletismo por doquier, muchas competiciones de toda índole, mucho dinero invertido. "Aquí -dice señalando el flamante tartán del centro deportivo de La Cartuja, propiedad de la Junta de Andalucía, donde pule a sus atletas- se podría batir el récord del mundo. Nos ponen todo al servicio del que entrena. Y por entrenamientos no es, porque aquí nos machacamos. Algo falla cuando Belén o Ángel Rodríguez sólo tienen autoridad para participar en las carreras internacionales, pero no para competir de verdad".
Surge la inevitable cuestión, llegado a este punto, de la genética y del efecto del doping sobre las marcas en ese tipo de competencias. "No sé si mis atletas hacen grandes marcas o marcas pobres, realmente no sé si están entre los mejores. Se oyen muchas cosas sobre el récord nacional de 100 y 200. Para mí es muy importante estar con atletas que hacen atletismo natural. Yo digo que sin farmacología no se pueden hacer 22.30 en 200 midiendo 1'72" pero también critica el caldo de cultivo que existe en la sociedad para dirigir a muchos deportistas al doping.
"Hay mucha falsedad, no vienen a verte correr si tienes a una chica que corre en 11.8 pero sí si hace 10.8. Por eso hay doping, por eso y porque los políticos deberían hacerse fotos con los atletas que hacen 11.8, aunque hay honrosas excepciones. Pero todo parte de un hecho, que no hay cultura deportiva, mucho menos cultura de atletismo".
los españoles, limpios. Es leyenda urbana en el mundillo atlético nacional la supuesta tendencia de la Federación Española a ocultar casos de doping de algunas de las estrellas, que cuando han dado positivo en algún control siempre ha sido en el extranjero, salvo en alguna ocasión como la del caso de Rául Fernández, que le tocó sufrir. "Me han llegado a decir que yo sé mucho de doping, pues debo ser muy torpe. Yo soy peón del campo gracias a la Junta de Andalucía y en el atletismo me muevo por pasión y emoción. Los atletas españoles son vírgenes porque la Federación Española no permite otra cosa, al que pillan es porque engaña a la federación y nos engaña a todos".
Con el caso de Raúl Fernández le toca la vena sensible. "Todos saben que cuando dio positivo por una pomada para curarse por una operación del glúteo, llevaba año y medio parado. Hay gente que calienta sillones y que no ha pisado nunca una pista que no tienen ni idea de nada".
Paseando por el tartán cartujano, donde tiene su cuartel general, justo al lado del campo público de golf donde desarrolla su otro trabajo, el de peón, Ángel Moreno recupera su mensaje sobre el que considera el quiz de la cuestión para que el atletismo en Sevilla y en Andalucía tenga futuro. "No sé cómo debería articularse, pero sin entrenadores profesionales no avanzaremos. Tenemos el caso de Pepe Lorente, un sabio de esto, que no está en el atletismo porque no encontró respeto. Hablamos de 40 años de experiencia que no aprovechamos. Si gente como él no está algo falla. Fue el único que ha hecho camino entre la promoción y la élite. Yo sé que ya no viviré del atletismo y si sigo es por la recompensa emocional que me proporciona este deporte cada día".