-Pasan los años y algunos siguen refiriéndose a usted como "el músico de Garci." ¿Escuece?
-¡No! Yo estoy encantado y muy agradecido a José Luis Garci por haberme dado la oportunidad de hacer la música de todas sus películas, incluida la última y muy reciente Holmes & Watson, Madrid Days (2012). Tampoco creo que Nino Rota fuese el músico de Federico Fellini a pesar de todo el trabajo que hicieron juntos. Pero no deja de ser inexacto que me adjudiquen esa exclusividad. He colaborado con otros cineastas y he hecho mucha música para televisión y publicidad. Mi misión es cubrir cualquier tipo de historia.
-¿Y si la historia que le llega es rematadamente mala?
-Ese no es mi problema. Desvincularse de los prejuicios es fundamental para poder trabajar en todo tipo de películas. No tendría sentido que sólo escogiera las que me gustan. Tengo que dar el 100% en cada secuencia, independientemente de que me interese más o menos el relato. Eso sí, jamás escribiría música para un proyecto tan malo que pudiera perjudicar mi carrera pero... por fortuna no se me ha dado ese caso.
-Titular: Pablo Cervantes no rechaza ningún proyecto...
-Lo suscribo. Quizá en algún momento tenga que plantearme el descartar opciones pero, si somos realistas, hoy día si te llaman para una película, lo normal es hacer tu trabajo con la mayor dignidad y profesionalidad.
-No ha compuesto música para ningún thriller, comedia o cinta de terror. Va a resultar que tanto Garci encasilla...
-No he hecho ni terror ni thriller, es cierto. Pero no es mi problema, es un problema nacional. El cine de género no es lo que más abunda en España en contraposición con las abundantes cintas realistas, dramas sociales, etc... En televisión he abordado más registros. Pero si quiere encontrar compositores especializados en géneros entonces tendríamos que hablar de creadores americanos.
-Sorprende encontrarle establecido en Sevilla. ¿No le tentó nunca dar el salto?
-Si mi decisión de quedarme ha sido correcta, será el tiempo el que me lo diga. Ya veré dentro de algunos años qué aciertos y errores he cometido. Pero, si quiere que le sea sincero, la crisis aprieta por igual a todos y no descarto tantear otras industrias o intentarlo al menos. El sector del cine está durísimamente afectado por la economía. Si diera el salto, lo daría no a Madrid o Barcelona, si no, bastante más lejos.
-Al margen de que lleguen menos proyectos, ¿en qué otros aspectos nota un compositor de bandas sonoras la crisis?
-En que los proyectos llegan muy recortados y antes de sentarse a componer hay que tener muy claro qué capacidad de producción habrá después. No es lo mismo escribir una partitura para orquesta que hacer una creación electrónica. Por suerte para mí no tengo preferencias de color musical y compongo libremente con los medios que tenga.
-Escuchando su música se percibe que tiene más influencias de autores como Mancini, Barry o Rota antes que de los más grandilocuentes Williams, Goldsmith o Zimmer...
-Así es. La mayor parte de la música que he escrito es de corte melódico y romántica (entendiendo por esto el periodo histórico de la música). Más que ser espectacular, mi música quiere ser emotiva. Para mí, emotivo no equivale a triste. Intento no dejar frío al espectador.
-->-->-->-¿Qué conjunción música-imagen en la que usted ha participado le emociona más?
-Responder a eso es muy difícil para mí. En mi página web (www.pablocervantes.com) hay fragmentos de algunos de mis mejores trabajos. Pero si intento abstraerme y no pensar en que le he visto las tripas a mis proyectos, en Los niños salvajes hay un momento en el que los protagonistas regresan a casa después de una noche de fiesta y creo que la música tiene un cierto pellizco emocional. En Historia de un beso compuse un adagio que me gusta especialmente. Y el tema central de Tiovivo C. 1950, con su aire entre melancólico y optimista, me representa bastante bien.
-¿No le tienta componer una sinfonía o una sonata?
-Esa pregunta me la hace mi padre muy a menudo. Pero yo necesito una historia o, al menos, un hilo conductor de imágenes para componer. Hacerlo de forma libre, sin tener que adaptarme a nada, me produce vértigo. El vértigo de la libertad absoluta.
-¿Hay competencia en Andalucía entre los compositores de música audiovisual?
-Hay excelentes creadores y compañeros. Pero el tejido industrial en este sentido es tan modesto que no tiene sentido alguno hablar de competencia.