Para los Académicos de la Lengua, o lo que es igual, para todos los españoles, el trueque se basa en el "intercambio directo de bienes y servicios sin mediar la intervención de dinero". Y aunque pocos sistemas de subsistencia hay más alejados del capitalismo moderno que el trueque, lo cierto es que esta modalidad cada vez está calando más en Sevilla a causa de la impadecible y persistente crisis.
"Esta ciudad acostumbra a llegar tarde a todo, y esta no es la excepción, cuando hace diez años las tiendas de segunda mano hacían furor en Centroeuropa aquí se consideraba algo de mal gusto, ahora, con bastante retraso estamos descubriendo que el trueque puede hacernos la vida algo más fácil", comenta el profesor de Sociológica y escritor Jaime Royo.
Uno de los mayores agitadores del trueque resulta ser el portal web Nolotiro.org, una página en la que se invita a sus usuarios a regalar y/o intercambiar productor con la única condición de la absoluta gratuitad en todos los casos.
Y observando con detenimiento su buscador, Sevilla resulta ser una de las ciudades con más usuarios registrados y mayor índice de actividad -sólo superada por Barcelona, Madrid y Valencia-. "No hay que leerlo en clave pesimista, mucha de las personas que hacen uso de este sistema no están en la indigencia, sólo buscan darle mayor vida útil a objetos que, para ellos, han dejado de tenerla", matiza Royo.
Así, en Nolotiro.org pueden encontrarse desde carros de bebés que buscan nuevos inquilinos hasta productos de la limpieza sin usar, pasando por toda la gama posible de vestuario, cosmética y objetos electrónicos, también, y por desgracia, numerosos amos imprudentes buscan hogar a camadas y camadas de cachorros. Por medio, ningún intermediario. "Para recoger en Montequinto, o en Sevilla Este, o en el Polígono Sur o en Los Remedios" puede leerse en muchos de estos anuncios que no tienen ningún interés lucrativo.
El mundo del trueque (en Pagés del Corro 104)es otra de las iniciativas surgidas en la ciudad y que redundan en idénticos presupuestos.
Lo mismo que el algo más convencional aunque recién inaugurado espacio La gran oportunidad (en calle Arroyo), un "negocio anticrisis", si es que la primera palabra pudiera acaso entenderse bien con la segunda, que busca ofrecer restos de stocks a precios de saldo e incentivar la adquisición de mercancia de segunda mano "en perfecto estado de revista", según sus responsables.
No son estos los únicos puntos en los que puede practicarse el noble y adictivo ejercicio del trueque. A un nivel bastante más espartano cada vez son más los tenderos de populares mercadillos como El Jueves y el Charco de la Pava los que, en lugar de pedir euros, piden otra cosa a cambio. De hecho cada vez son más los consumidores que se acercan por estos lugares cargados ellos mismos con objetos y, en algunos casos, hasta víveres, que dar a algunos comerciantes a cambio de un bolso o aquel radiocassette del año de Naranjito que creíamos inencontrable.