Cultura

Yturralde salta al vacío con su pintura del silencio

En los 60 se dedicó a la abstracción geométrica, encaró los 70 coqueteando con las performances y los happenings para llegar a los 90 con sus estructuras volantes y sus primeras investigaciones sobre el vacío en la pintura. José María Yturralde presenta ahora en Sevilla sus últimos trabajos, en los que sigue la senda de El espacio ausente.

el 15 sep 2009 / 23:37 h.

En los 60 se dedicó a la abstracción geométrica, encaró los 70 coqueteando con las performances y los happenings para llegar a los 90 con sus estructuras volantes y sus primeras investigaciones sobre el vacío en la pintura. José María Yturralde presenta ahora en Sevilla sus últimos trabajos, en los que sigue la senda de El espacio ausente.

La pintura china tradicional, la contención de lo minimal y el mágico realismo de los Haiku iluminan las últimas pinturas de José María Yturralde (Cuenca, 1942), con las que se presenta en la galería Rafael Ortiz de Sevilla. Hasta llegar aquí, este pintor de profundo e intenso corpus teórico, ha explorado todas las posibilidades de la pintura y las artes plásticas en sus más de cuatro décadas de trabajo, que inició a mediados de los años 60 y que continúa, en constante evolución, hasta hoy. De este modo, la obra que cuelga desde el pasado miércoles en la sala de Rafael Ortiz, bajo el epígrafe El espacio ausente, "es una presencia, quisiera luminosa, de algunos años de trabajo centrados en depurar o desarrollar una cierta reflexión del espacio y del tiempo".

Esto sucede después de su experiencia de pintar unos 120 cuadros de formato pequeño durante el verano del 2006, un proyecto para Bancaja en Valencia, que "me lleva a revisar la obra de los últimos 10 años y avanzar en el sentido de la luminosidad, de la vibración, de la profundidad compacta y serena junto a un dominio de los medios que me permiten expresarme sin dificultades técnicas, lo cual es una liberación", rememora el artista, cuya revisión de ese año quedó plasmada en una exposición en la galería La Nave de Valencia, ciudad en la que trabaja y reside.

Los cuadros monocromáticos que se reparten por las estancias de la galería son parte de este resultado, y en ellos se imponen "los conceptos de lo inefable, lo sublime y lo absoluto en la pintura", que Yturralde asemeja a "la experiencia trascendente que podemos sentir" frente a obras maestras como El monje junto al mar, de Caspar David Friedrich; el Snowstorm de Turner o el Number 1 A, de Jackson Pollock, "y también quizás en los José María Sicilia más despojados", matiza el artista.

"Intento generar una pintura profunda, luminosa y compacta", continúa el pintor, que intenta "comprender la no pasividad del vacío". Y es que, el lema Less is more (menos es más) "ha sido una constante en mi obra desde los años 60, escenario de mi formación como pintor", asegura.

José María Yturralde, apasionado del dibujo desde su infancia, estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En 1960 realiza un viaje de estudios por Alemania, Francia y Suiza. A mediados de los 60 comienza a evolucionar hacia una abstracción geometrizante, investigando en múltiples direcciones, desde el informalismo matérico a la abstracción geométrica, los constructivistas rusos y Vasarely. En 1966 fue nombrado conservador del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

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