El acoso al euro logró unir ayer, por primera vez en el Congreso, al líder del PP, Mariano Rajoy, y al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien pidió consenso para las reformas pendientes porque, advirtió, España necesita todavía cinco años para corregir sus desequilibrios estructurales.
Zapatero compareció ante el Pleno para presentar las conclusiones del último Consejo Europeo y, a pesar de las críticas recibidas por su determinación de elevar la edad de jubilación hasta los 67 años, escuchó el respaldo de la mayoría de los grupos a las medidas adoptadas en la UE para garantizar la estabilidad de la moneda única amenazada por los mercados.
En el caso español, según Zapatero, la crisis, que ha terminado con quince años de crecimiento y de creación de empleo, ha dejado al descubierto el grave problema de la baja productividad de España en ese periodo, un problema "de todos" que exige "responsabilidad colectiva".
"Tenemos ante nosotros cinco años decisivos para la prosperidad y el bienestar de España y de los españoles en las próximas décadas", recalcó para pedir consenso en torno a las reformas necesarias.
Rajoy optó por aparcar las diferencias en un debate inusualmente amable con Zapatero y, dada la cercanía de la Navidad, según dijo, prefirió destacar "lo que une, que es mucho". Abundó en este contexto su compromiso con el euro por encima de las diferencias políticas.
Para Zapatero, ese compromiso exige austeridad, reformas y transparencia porque, alertó, "aún el peligro no está conjurado". Tras garantizar que se cumplirán los compromisos de reducción del déficit, dedicó buena parte de su intervención a defender la reforma del sistema de pensiones y la necesidad de elevar la edad de jubilación a los 67 años con flexibilidad, como hicieron en su día dos de los países que mejor han sorteado la actual crisis: Suecia y Alemania.
Agradeció el apoyo de Rajoy en un momento "histórico" para la prosperidad de España y confió en que su intervención constructiva no se deba sólo al "espíritu navideño".
Ante su petición de defender juntos los intereses de España ahora que empiezan a negociarse los próximos presupuestos de la UE, anunció que propondrá a todos los grupos crear de inmediato una subcomisión en el Congreso para coordinarse.
El jefe del Ejecutivo hizo hincapié en que la "crucial" situación actual exige responsabilidad y en que el Gobierno va a asumirla, convencido de que los últimos ataques de los mercados financieros "no responden a los fundamentos de nuestra economía".
El portavoz económico de CiU, Josep Sánchez Llibre, instó al Gobierno a adoptar "con realismo y máxima celeridad" las reformas necesarias, pero pidió a Zapatero que no se "obsesione" con el retraso de la edad legal de jubilación y busque el consenso.
Joan Ridao, portavoz de ERC, criticó en este contexto la "servidumbre y seguidismo canino" de los mercados, y Franciso Jorquera (BNG) censuró que Zapatero ratifique en Bruselas su "dura" reforma para "ganarse las alabanzas" de Alemania.
El Pacto de Toledo acaba la labor
La Comisión del Pacto de Toledo concluyó ayer su informe de recomendaciones sobre la reforma de las pensiones, con "mucho acuerdo y algún desacuerdo", según el presidente de la comisión, Juan Morano.
Así valoró el "esfuerzo" de todos los grupos parlamentarios para cerrar las 23 recomendaciones del documento que pasarán a debatirse y votarse en la Comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo el día 29, con la previsión de que posteriormente el informe llegue al pleno del Congreso el 25 de enero.
Sin embargo, el diputado del PP Tomás Burgos anunció que, pese a que votará en conjunto a favor del dictamen, no descarta presentar un voto particular al no concretarse que la edad de jubilación debe ser 65 años.
También el portavoz del PNV, Emilio Olabarría, explicó que durante el debate los partidos intentarán "aproximar" posturas sobre el desacuerdo que han plasmado en el documento acerca de elevar la edad de jubilación. Asimismo, dijo que su grupo "no tiene ningún compromiso" con el Gobierno para votar a favor del proyecto de ley del Ejecutivo, ya que sólo asumió su compromiso con los Presupuestos del Estado.
Burgos, por su parte, también lanzó una advertencia al Ejecutivo para que, "ahora que hay tiempo, no fuerce un choque de trenes entre el Parlamento, el Pacto de Toledo y el Gobierno", por lo que le instó a que el proyecto de ley responda a las directrices de las recomendaciones.
Aseguró que el texto es "hoy mejor y más equitativo" aunque criticó que constate un desacuerdo sobre la edad de jubilación. "No es cualquier recomendación. La edad mueve todo el sistema de pensiones", aseveró.
