El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió ayer en La Moncloa al cardenal de Toledo, Antonio Cañizares, nombrado por el Papa como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el seno del Vaticano.
Según informa la Secretaría de Estado de Comunicación, el encuentro transcurrió en un clima cordial y de cortesía, en el que el presidente español deseó suerte y éxitos al cardenal en su próxima tarea. Además, en la entrevista Zapatero ofreció al cardenal Cañizares la colaboración del Ejecutivo español.
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, explicó que "la visita que hace hoy el señor Cañizares al presidente del Gobierno, hay que enmarcarla en una visita de cortesía".
Puntos distintos. Al ser preguntada por los periodistas por si la entrevista ha tenido algo que ver con una posible mejora de las relaciones con la Conferencia Episcopal, De la Vega respondió que ambos asuntos "son cosas diferentes", ya que una cuestión son las relaciones del Ejecutivo con los obispos españoles y otra, las relaciones con el Vaticano, que son "de Estado a Estado".
Asímismo, la portavoz del Gobierno subrayó que las relaciones con la Conferencia Episcopal son "relaciones institucionales de trabajo, de respeto y de colaboración", en las que "a veces hay discrepancia y a veces hay acuerdos", pero que, en todo caso, están dentro de la "normalidad institucional".
Con su reciente nombramiento, el conocido arzobispo de Toledo se convierte en el español con más poder en el Estado del Vaticano.
