El presidente del PP, Mariano Rajoy, insistió ayer de nuevo en la existencia de una campaña contra su partido y dice que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "cuando menos, deja hacer a los Torquemadas de turno, y quien deja hacer, se convierte en cómplice".
En una entrevista en el Faro de Vigo recogida por Efe, Rajoy insiste en que le preocupa la "salud democrática de España" y, preguntado por si tiene pruebas de la campaña contra el PP, asegura que sí las tiene de "detenciones televisadas, filtraciones del sumario, publicaciones de actuaciones policiales que no están en el sumario..".
Por este motivo su partido está estudiando si es posible recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por lo que considera una "persecución" por parte del Gobierno contra los militantes del PP. Una amenaza que se está repitiendo desde hace varias semanas, pero que no termina de cuajar.
Mientras, el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, considera que Rajoy no saldrá "impune" de su estrategia de promover un "engaño masivo" por acusar al Gobierno de espiar a su partido, y le recuerda que el haber organizado una "conspiración universal" sobre los atentados del 11-M no le sirvió para ganar las elecciones de 2008. "Esto no va a quedar impune para Rajoy, estoy seguro de que los ciudadanos lo van a sancionar como ya hicieron en otras ocasiones. La estrategia del PP ya está probada y ya ha fracasado y deberían tomar buena nota de ello y no seguir por este camino", manifestó Blanco a Europa Press.
Por su parte, el secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, en la misma línea de Blanco acusó al líder del PP, de ser "cómplice" de los imputados de su partido en el caso Gürtel y comparó la estrategia de los populares de "deslegitimar las instituciones para tapar la corrupción de su partido" con el "apoyo prestado la pasada legislatura a la teoría de la conspiración sobre el 11-M".