José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer la remodelación con mayor calado político de las siete que ha llevado a cabo desde que llegó a La Moncloa en 2004 para hacer frente a la crisis económica que azota España. Esa será la misión de Elena Salgado, nueva vicepresidenta y ministra de Economía.
Además de Salgado, se incorporan al Gobierno el hasta ayer presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves (vicepresidente de Política Territorial); el vicesecretario general del PSOE, José Blanco (ministro de Fomento); la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez (Sanidad y Políticas Sociales); el presidente de la Conferencia de Rectores, Ángel Gabilondo (Educación); y la directora de la Academia del Cine, Ángeles González- Sinde (Cultura), una de las grandes sorpresas del presidente. Todos prometieron ayer por la tarde sus cargos ante el Rey.
A falta de tres días para cumplirse un año de la formación del gabinete con el que encara su segunda legislatura, Zapatero confirmó en rueda de prensa su anunciada crisis de Gobierno -tras hablar con el Rey- con el objetivo de imprimir "un cambio de ritmo" a la lucha contra la crisis económica. Para ello el presidente del Ejecutivo ha optado por un equipo "fuerte, activo y con gran experiencia política" frente a ministros de perfil más técnico como Bernat Soria o César Antonio Molina. No en vano, con las incorporaciones de Manuel Chaves, presidente del PSOE, y José Blanco, vicesecretario general del partido, toda la cúpula socialista estará al frente del Gobierno por primera vez.
El presidente quiere que su nuevo gabinete -del que salen Pedro Solbes, Magdalena Álvarez, Mercedes Cabrera, César Antonio Molina y Bernat Soria- se enfrente al actual situación económica y contexto político "con un nuevo impulso y mayor fortaleza" con el triple objetivo de recuperar la economía y el empleo para "vencer la crisis cuanto antes" y preparar la recuperación, fortalecer la cohesión social y territorial, y abordar las reformas necesarias para lograr un modelo de crecimiento "más sólido".
Y todo ello con la vista puesta en las elecciones europeas del 7 de junio, en la que los socialistas parten con cierta desventaja por el desgaste sufrido por la crisis económica, tal y como reflejan las encuestas. Sin ser decisivo, en el PSOE consideran que pueden combatir esa desventaja con el significado perfil político de algunos de los nuevos miembros del gabinete, como Manuel Chaves. Zapatero también ha tenido en cuenta al efectuar los cambios la importancia que tendrá para España la Presidencia de la Unión Europa durante el primer semestre de 2010.
La remodelación supone también dos rectificaciones: devolver la política universitaria al Ministerio de Educación, bajo la batuta de Ángel Gabilondo. El presidente justificó este cambio en la necesidad de aplicar el proceso de Bolonia y en la trayectoria profesional del propio ministro, pero admitió que se pudo equivocar al incluir las universidades en el Ministerio de Ciencia e Innovación. Y en devolver las Políticas Sociales al Ministerio de Sanidad.
El Gobierno continuará con 17 ministerios, pero Zapatero consideró que la austeridad se demuestra en el gasto y no en el número de departamentos. Y no habrá finalmente el anunciado Ministerio de Deportes, aunque el Consejo Superior de Deportes estará en Presidencia del Gobierno, donde Jaime Lissavetzky continuará como secretario de Estado para el Deporte.
El jefe del Ejecutivo agradeció la tarea de los ministros salientes y reconoció especialmente el trabajo de Pedro Solbes, cuyo relevo, dijo, fue una "decisión compartida". Rodríguez Zapatero esgrimió la "acreditada capacidad de gestión" de Elena Salgado para situarla en un puesto clave en un país en recesión y le encomendó la tarea de garantizar, con la colaboración de comunidades autónomas y ayuntamientos, que los recursos públicos invertidos rinden al máximo.
Hoy los ministros acudirán a las sedes de sus respectivos ministerios para el traspaso de carteras antes de celebrar en el Palacio de la Moncloa al mediodía su primer Consejo de Ministros.
