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Zapatero logra un apoyo casi unánime a la ofensiva en Libia

Sólo tres votos en contra, de IU y el BNG. El presidente niega que el objetivo sea Gadafi y dice que se actúa para proteger a los civiles.

 

el 22 mar 2011 / 13:18 h.

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Aviones de guerra aliados en la base de Solenzara.
Marineros de la fragata Méndez Núñez, que ayer partió desde la base de Rota, se despiden de sus familiares.

Tal y como estaba previsto, el Congreso apoyó ayer la decisión del Gobierno español de participar en la intervención militar en Libia. Sólo los tres diputados de IU y BNG no respaldaron la medida, alegando que la misión no busca "proteger" a la población civil, sino "controlar".

En la intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para buscar el aval de la Cámara a la operación, éste defendió que mientras exista "el riesgo" de que el régimen de Muamar Gadafi "vuelva a atacar a su pueblo", la comunidad internacional aplicará "la fuerza necesaria para impedirlo". Por ello, calificó su petición de "prudente" y remarcó que la intervención no busca derrocar a Gadafi, sino proteger a la población civil.

El presidente detalló que los militares españoles permanecerán en la misión entre un mes -apoyando la zona de exclusión aérea- y tres meses -en el caso del embargo de armas-, y admitió que la intervención será prorrogable en función de "las necesidades" de la ofensiva, aunque se comprometió a que el Gobierno acudirá de nuevo a solicitar la autorización de la Cámara si hiciese falta prolongar la misión.

Asimismo, Zapatero comunicó que la contribución española a la operación internacional consistirá en "garantizar la zona de exclusión aérea y asegurar el embargo acordado por las Naciones Unidas".

Para la primera misión, se han destinado cinco aviones -cuatro cazabombarderos F-18 y un avión de reabastecimiento Boeing 707-, que están ya "operativos e integrados en el dispositivo aéreo de la coalición", dijo. Para la aplicación del embargo, España ha activado ya la fragata Méndez Núñez y el submarino Tramontanta, así como un avión C-235 de vigilancia marítima. En total, las dos misiones supondrán "alrededor de 500" militares, contabilizó.

MISIÓN LEGAL. En su alocución, el presidente del Ejecutivo subrayó la "legalidad" de la operación libia y afirmó que la comunidad internacional sale "reforzada" con ella, por la forma en que ha adoptado su posición: el apoyo "inequívoco" del Consejo de Seguridad y el "respaldo expreso" de la Liga árabe, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) y la Unión Africana, además de la UE.

Zapatero también expuso que "lo ideal" en Libia es que haya "un cambio de régimen político" y una "transición a la democracia" del mismo modo que "se ha vivido en Túnez y Egipto", a través de "un proceso de consenso nacional y una sustitución, un cambio, del régimen actual".

En esta ocasión el presidente no se encontró con un Congreso muy beligerante. El jefe de la oposición, el líder del PP, Mariano Rajoy, apoyó la intervención, aunque criticó la forma de actuar del Ejecutivo, puesto que, según dijo, la operación se "está desarrollando en toda su extensión", dado que hace ya cuatro días que comenzaron los bombardeos.

Por su parte, los portavoces de CiU, PNV, ERC, CC, UPyD y UPN, que suman 23 diputados en el Congreso, también respaldaron la participación española, entre otras cosas porque, según subrayaron, cuenta con el aval de Naciones Unidas. Sin embargo, advirtieron de los límites de la misión militar e incluso alguno de ellos avisó de que su apoyo no es un "cheque en blanco" a la operación.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, explicó que la resolución de Naciones Unidas es "equilibrada y necesaria" pero llega tarde, de lo cual exculpó a España. Mientras que desde el PNV, su portavoz, Josu Erkoreka, avisó de que su apoyo se circunscribe a los límites fijados por la resolución, sin intervenir en el futuro de Gadafi o en quien controlará el país.

Si ayer Zapatero compareció en el Congreso para explicar la participación española en la operación en Libia, la ministra de Defensa, Carme Chacón, lo hará en el Senado, y el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, dará cuentas a la Junta de Portavoces de la Cámara.

GRITO DE NO A LA GUERRA

Nada más concluir la sesión parlamentaria de ayer en la que se debatió la participación de España en la intervención a Libia, cuatro invitados a la misma lanzaron gritos de "No a Guerra", en protesta por el aval del Parlamento a la intervención militar en Libia. De inmediato fueron desalojados y una de las activistas gritó: "Socorro", "Soy una ciudadana libre". Tras su desalojo, las fuerzas de seguridad tomaron los datos de los invitados, que resultaron ser miembros de la plataforma No a la Guerra. Estos activistas no serán encausados.


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