Los Presupuestos Generales del Estado para 2010 continuarán su tramitación parlamentaria. Y así será pese a que han sido criticados incluso por quienes los han votado favorablemente. Las enmiendas a la totalidad fueron rechazadas ayer en el Congreso gracias al acuerdo del PSOE con el PNV y CC, aunque la propia ministra de Economía, Elena Salgado, admitió que queda poco margen de maniobra para negociar nuevos cambios.
Ante la crítica generalizada, Salgado se justificó diciendo que estas cuentas están muy marcadas por la situación económica y por eso son "pequeños" los márgenes para modificarlas. Las enmiendas a la totalidad fueron presentadas por PP, CiU, ERC, IU-ICV, BNG y UPyD, mientras que UPN se abstuvo.
Al finalizar el debate, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció su satisfacción por el rechazo a las enmiendas a la totalidad, porque ése era "el objetivo" del Gobierno. Y, ciertamente, el de la votación fue el único objetivo conseguido, porque los Presupuestos fueron mayoritariamente rechazados, incluso por quienes los apoyaron al pulsar el botón. Pese a admitir que iban a dar su apoyo al Gobierno por una cuestión de "responsabilidad" y por "arrimar el hombro" en estos difíciles momentos, el portavoz económico del PNV, Pedro Azpiazu, criticó al Ejecutivo "de quita y pon" y su política económica "errática", especialmente en materia fiscal.
Prueba de que a la formación jeltzale no le gustan las cuentas del Gobierno pese a haber votado a favor es que tienen previsto llevar la próxima semana al Pleno del Congreso de los Diputados una proposición de ley para reducir la estructura del Gobierno de la nación como ejemplo de austeridad, limitándolo a un máximo de dos vicepresidentes y 14 ministerios.
Mucho menos incisivo fue el diputado de Coalición Canaria José Luis Perestelo. Aunque admitió que el proyecto de ley presupuestario es "manifiestamente mejorable", apeló al "sentido de Estado" de su partido para justificar su apoyo.
Ambas formaciones reconocieron, no obstante, que los acuerdos a los que han llegado con el Ejecutivo en los días previos al debate parlamentario -que han satisfecho algunas de sus reivindicaciones nacionalistas- han sido determinantes a la hora de apoyar las cuentas.
Votos en contra. Entre los partidos que han presentado enmiendas, la crítica fue aún más dura. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, afirmó ayer que el PSOE tendría que buscar un "nuevo capitán" porque el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está llevando a "mal puerto" a España.
Por su parte, ERC e IU-ICV defendieron sus correspondientes enmiendas a la totalidad al ser -según ellos- el proyecto de la "resignación", que contempla una subida fiscal "injusta, inequitativa y equívoca" y que no recae sobre los más ricos, sino sobre la gran clase media.
Desde el PSOE, la respuesta a tanto rechazo se limitó a criticar la intervención de Mariano Rajoy el martes a la que, según dijo el portavoz socialista, José Antonio Alonso, el presidente del PP acudió "vacío" de propuestas y con intereses partidistas que no hacen sino "daño a España". "No puede gobernar", dijo Alonso.
