Las cosas se ponen feas para el PSOE. A tan sólo unos días de la votación de investidura de Zapatero, los socialistas no tienen asegurado el respaldo de ningún grupo. El PNV, partido con el que el campo de la negociación parecía estar mejor abonado, quebró el martes la posibilidad de acuerdo al rechazar la moción de censura contra ANV en Mondragón.
El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, aseguró ayer que la "lamentable" actitud mostrada por el PNV "debe tener consecuencias serias". Del PNV no sólo se esperaba un posible voto positivo a la investidura del presidente del Gobierno sino también una actitud de diálogo para eventuales pactos de legislatura. Alonso avisó de que el PSOE va a "meditar seriamente" su posición después del rechazo del PNV a la moción de censura, que tuvo lugar mientras se confirmaba en el Congreso que los socialistas cedían un puesto a los nacionalistas en la Mesa de la Cámara.
Pese a todo, los socialistas sí aprovechan la coyuntura para reivindicar la autonomía de su proyecto y recordar que sí tiene el respaldo ciudadano. En este sentido, el portavoz parlamentario socialista reiteró que el PSOE defiende que en los órganos de Gobierno del Congreso y del Senado deben estar representados la mayor cantidad posible de grupos políticos, porque es en el Parlamento donde reside la soberanía popular y se debe reflejar la pluralidad.
Recalcó que el PSOE gobernará con los once millones de votos que le dieron los ciudadanos y "sin condicionantes de ningún tipo". "Eso debe quedar muy claro", puntualizó. El secretario general del Grupo socialista, Ramón Jáuregui, ponía también en evidencia el malestar en las filas socialistas ante la actitud peneuvista. Jáuregui advirtió de que el apoyo del PNV a ANV muestra "una profunda discrepancia" entre PSOE y PNV respecto a la lucha contra ETA que "dificulta" el entendimiento político.
Defraudados. Jáuregui aseguró que los socialistas están "profundamente defraudados" ante la "falta de solidaridad por parte del PNV con un partido que acaba de sufrir una agresión tan brutal como fue el asesinato de Isaías" Carrasco y que "sufre en este momento la amenaza de volver a ser agredido", tras el comunicado del martes.
En este contexto, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y el secretario general del grupo socialista, Ramón Jáuregui, comenzaron ayer los contactos con el resto de fuerzas parlamentaria con el objetivo de recabar apoyos para la investidura del presidente del Gobierno. Los más proclives a apoyar al presidente serían el BNG y Coalición Canaria.
Sin embargo, el PSOE seguiría necesitando los votos del PNV, máxime cuando CiU ya ha adelantado que de momento prefiere la abstención. Si Zapatero no logra ser investido en una primera votación con la mayoría absoluta de los votos del Congreso, habría que convocar una segunda ronda al menos 48 horas después de la primera.
