El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció ayer que las filtraciones que se están conociendo estos días a través de Wikileaks deben merecer "un juicio de preocupación", sobre todo en cuanto al funcionamiento de los servicios de seguridad de los estados. En unas breves declaraciones antes de asistir en el Congreso a la celebración del 32 aniversario de la Constitución, Zapatero se refirió a las citadas filtraciones y se mostró preocupado por la forma en que se han conocido. Sobre todo, añadió, "en cuanto al funcionamiento de los servicios, y todo aquello que afecte a los servicios de la seguridad de los estados mucho más".
Más allá de esa consideración, el presidente señaló que se trata de "opiniones y valoraciones" más que de informaciones, procedentes de un embajador. "Las podía haber comentado de otra manera, públicamente, pero hay que situar las cosas en su sitio", remarcó. A través de las citadas filtraciones, ayer se tuvo conocimiento de que tanto el Rey, como el presidente del Gobierno y varios ministros fueron analizados en informes secretos por la embajada de EEUU en Madrid, y en ellos se calificaba a Rodríguez Zapatero como "político astuto con una asombrosa habilidad, como un felino en la jungla" al que resulta "peligroso minusvalorar".
Concretamente, el entonces embajador de EEUU en España, Eduardo Aguirre, consideraba que el presidente español "se dirige más al gallinero que a los de la primera fila y que no sacrifica su punto de vista ante ningún tema". "Siempre pone sobre la mesa todas sus opciones para conseguir sus objetivos a corto plazo", señaló, y "no tiene una mala disposición hacia el Gobierno de EEUU de manera innata" ya que subordina la política exterior española a los intereses políticos internos, y la relación con el país norteamericano supeditada a esta premisa.
La referencia al Rey, por su parte, Aguirre la hizo en términos elogiosos y afirmaba que "tiene una buena disposición hacia EEUU, pero siempre actuará en beneficio de lo que él perciba que son los intereses de España" y le situó en un plano de "formidable aliado" allí donde coincidan los intereses de ambos países.
Por su parte, el actual embajador en España, Alan D. Solomont, opinaba seis meses después, en junio de 2009, que el actual vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, además de ser "muy capaz, serio, y encantador" es el miembro "más impactante" del Gobierno y un aliado "muy útil y poderoso". Del ministro de Fomento, José Blanco, el embajador Aguirre lo definió como "elemento muy importante en la ecuación para mantener unas fuertes relaciones bilaterales", y D. Solomont opinó de él que es un gran admirador del presidente estadounidense, Barack Obama, y que a veces "intenta demostrar que es cercano" a EEUU.
Mientras, el ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos no gozaba en el informe de Aguirre de la simpatía de EEUU aunque le consideraba "un gestor responsable al que debería tenerse en cuenta".
Respecto a la ministra de Defensa, Carme Chacón, fue calificada de "lista" y de haberse ganado el respeto para ser una titular eficaz de Defensa en el informe de enero de 2009 y aunque era considerada "inmadura políticamente" reconocía que se ha convertido en un verdadero activo de Zapatero por venderse bien. Del presidente del Congreso, José Bono, se hizo un análisis de su época como ministro de Defensa y tras una reunión con el embajador estadounidense en junio de 2004, George Argyros, se le calificó de "sabueso mediático".
Por último, la embajada de EEUU también hizo informes sobre el secretario de la Oficina del Presidente, Bernardino León, del que se dice "es el chico de oro del Ejecutivo". "Es un interlocutor listo y admirable, muy bien relacionado, al que Zapatero escucha", según la filtración.
