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Zapatero y Griñán se conjuran para movilizar el voto descontento

El líder del PSOE asegura que el PP no ganará en Andalucía salvo «milagro»

el 02 oct 2010 / 19:17 h.

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Zapatero y Griñán presentaron ayer los candidatos municipales de las grandes ciudades.

El proceso de elección de los candidatos socialistas a las grandes ciudades andaluzas no ha estado exento de roces internos, pero ayer todo el ruido se apaciguó de golpe en el pistoletazo de salida de la carrera hacia las municipales. Los 28 alcaldables de las ciudades de más de 50.000 habitantes tuvieron su puesta de largo en Sevilla y recibieron el aval "sin reservas ni letra pequeña" del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y del presidente de la Junta, José Antonio Griñán.


El líder del socialismo andaluz aseguró que el próximo 22 de mayo será el "inicio del restablecimiento de la confianza en la política", una tarea que encomendó directamente a los aspirantes locales. Sus armas serán "movilización, unidad, programa, ideas y trabajo". Zapatero, por su parte, volvió a mostrarse convencido de que la derecha no gobernará en Andalucía salvo con un "milagro".


Las elecciones municipales serán la primera prueba de fuego de Griñán y su joven ejecutiva y, según el resultado, el sucesor de Manuel Chaves al frente del partido saldrá o no reforzado para las autonómicas de 2012. Además, los comicios medirán el desgaste del PSOE por la crisis -las encuestas dan por primera vez la victoria al PP en Andalucía-, que se traduce en un desapego ciudadano al partido y a la política. Ese es el principal problema de los socialistas, de ahí que Griñán se afanara en pedir a los candidatos -se estrenan 18- que deben "ganar con el voto de la ilusión" para recuperar a los descontentos. "Se trata de vencer y de convencer" y, por qué no, de vender el mejor patrimonio del PSOE, el partido de las "reformas progresistas" y el "más municipalista". Un legado que, como recordó Griñán, han construido socialistas como Felipe González, Rafael Escuredo, Manuel Chaves, Alfredo Sánchez Monteseirín, Amparo Rubiales, Mar Moreno o Bibiana Aído.


El reto no es fácil. El PSOE lleva 15 años sin dar en la tecla en las capitales, donde mandan alcaldes del PP muy consolidados que se espera que vuelvan a ganar. Griñán presumió de carteles, "hombres y mujeres con ideas, que no se acobardan y dan la cara, que son abanderados de las políticas innovadoras", pero les reclamó capacidad de movilización y, lo que es más importante, que hagan política de calle. "Sin el contacto con la realidad no podremos encontrar las soluciones a los problemas de la gente ni recuperar el prestigio de la política", sostuvo el presidente andaluz. También Zapatero apeló a la cercanía. "Hay que salir a la calle, escuchar y explicarles a los votantes que somos el partido de la gente".

La receta de los canditatos pasa por un mensaje en positivo, de que la salida de la crisis está cerca, que huya de la "demagogia de ofrecer todo gratis". Frente a ellos habrá un Partido Popular "incapaz de jugar limpio, que se alía con la crisis para sumar votos", dijo Griñán.


Los dos líderes socialistas se cebaron con la derecha. Griñán recordó que el PP "se opuso a los grandes cambios" de la comunidad, como el AVE, y que Mariano Rajoy y Javier Arenas "castigaron" a Andalucía durante ocho años de gobierno "de plomo". Son los dirigentes populares -añadió- los que llaman "indolentes" a los andaluces. Zapatero aseguró que Arenas y Rajoy son "perdedores natos" y puso en valor el peso del PSOE andaluz para el socialismo. "Seguiréis siendo el gran partido".


adiós a las fricciones. En el acto no hubo rastro de las fricciones de los dos gobiernos amigos por temas como la adjudicación de CajaSur a la BBK, el recorte de VPO o el deslinde de Doñana. Todo lo contrario. Griñán se esforzó en destacar las bondades de Zapatero, a pesar de que, por primera vez, electoralmente la marca ZP puede restar en vez de sumar. "Se arriesga y toma decisiones que implican sacrificio, pero ahí se demuestra la grandeza de un político", afirmó. El presidente le devolvió el gesto y dio "todo su apoyo a Pepe Griñán, un presidente serio, capaz de diseñar un futuro innovador y que confía en Andalucía, no como Arenas". Quiso reivindicar que su gobierno cumple con Andalucía -principal granero de votos del PSOE-, la comunidad que más inversión recibe de los Presupuestos, "hasta el doble de la etapa de Aznar". En lo que no estuvo muy acertado fue en cómo ensalzó a esta tierra: "Me gusta su raza".

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