La marejada que desencadenó la propuesta del lehendakari vasco, Patxi López, de celebrar un congreso extraordinario en lugar de unas primarias para elegir al candidato para 2012 fue apaciguada ayer por el presidente y secretario general del PSOE con el apoyo unánime de los 17 barones socialistas (el primero en hacerlo fue el presidente andaluz, José Antonio Griñán). El nombre que devuelve la calma al PSOE, una vez autodescartada Carme Chacón -no sin antes criticar a los que le han cerrado el paso-, es el de Alfredo Pérez Rubalcaba. Zapatero propuso al ministro de Interior al entender que se trata del "mejor candidato posible" a sustituirle como cabeza de lista.
Zapatero cierra así con sus barones las vías de agua abiertas en el partido tras los nefastos resultados cosechados en las elecciones del pasado domingo . En poco menos de una semana, el secretario general de los socialistas ha visto debilitada aún más su autoridad dentro del partido, y la solución de proponer a Rubalcaba menoscaba la imagen que defendió el pasado 2 de abril tras anunciar que no optaría a la presidencia del Gobierno de nuevo . Y lo hace porque la posibilidad de unas primarias queda más que diluida. ¿Quién dentro del partido osará ahora pelear con Rubalcaba sabiendo que éste es el candidato del aparato?
Sobre la rueda de prensa ofrecida por el número dos del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, sobrevoló el dedazo -designación de un candidato sin consultar a las bases del partido, como ocurrió en el PP con la elección de Mariano Rajoy por parte del entonces presidente del Gobierno José María Aznar-. Blanco se afanó en explicar que las primarias se mantienen.
De hecho, el calendario echará a rodar hoy tras la celebración del comité federal. Pero la realidad es que, en el plazo de 20 días, Rubalcaba puede ser proclamado como el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno. En caso, más que improbable, de que alguien decida competir, las primarias serían el 26 de junio.
Zapatero y sus barones descartaron por completo la celebración de un congreso extraordinario (incluido Patxi López, que tuiteó la reunión) al entender que las peleas internas no son lo que la ciudadanía espera en estos momentos, "con la que está cayendo". Y despejaron otra de las incógnitas: Zapatero agotará la legislatura y seguirá como secretario general del PSOE hasta el final del mandato. Esto supone de facto que durante unos meses haya una bicefalia: Rubalcaba como candidato y Zapatero como cabeza del Gobierno, teniendo además que asumir todavía reformas de mucho calado (caso de la negociación colectiva).
El número dos de los socialistas anunció que el partido celebrará una conferencia política -"recogiendo la propuesta de Patxi López"-, probablemente en el mes de septiembre. Tras más de dos horas de reunión, Blanco dio cuenta del apoyo a Rubalcaba por ser "el candidato que más quiere nuestra gente, que más temen nuestros adversarios, el mejor candidato para la presidencia del Gobierno y para responder a los desafíos". "Es el deseo de la gran mayoría de militantes", apostilló.
Ni una palabra para valorar la decisión de Carme Chacón y su renuncia, en la que alegó con lágrimas en los ojos que las voces que pedían un congreso habían puesto en riesgo la "autoridad" del presidente y la "estabilidad" del Gobierno.
