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Zapatero y Rajoy se disputaron su credibilidad ante los españoles

El "efecto sorpresa" de la semana pasada, tras quince años sin debates entre el PSOE y el PP, se difuminaron anoche y la misma marea de 400 periodistas de varios países, cámaras, focos y cables se han tomado el segundo "cara a cara" con mucha menos expectación y más "relax".

el 15 sep 2009 / 01:05 h.

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El "efecto sorpresa" de la semana pasada, tras quince años sin debates entre el PSOE y el PP, se difuminaron anoche y la misma marea de 400 periodistas de varios países, cámaras, focos y cables se han tomado el segundo "cara a cara" con mucha menos expectación y más "relax".

Con la dinámica de horarios y estructura del debate ya aprendida e idéntico despliegue de seguridad, los informadores "tomaron" el Palacio Municipal de Congresos desde primera hora del día, primero para contar los últimos preparativos y, ya por la tarde, para relatar, minuto a minuto, la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

Todo tan idéntico a hace siete días que la expectación, las carreras por entrar en directo en televisiones y radios, o la búsqueda del detalle y la anécdota han dejado paso a una normalidad más propia de un debate parlamentario que de un "cara a cara" entre los dos candidatos principales a las elecciones de este domingo.

Por no provocar expectación, el debate ni siquiera ha llamado la atención de los simpatizantes de ningún partido, tal vez porque el centenar de personas que la pasada semana vinieron a dar ánimos a Rajoy antes de que comenzara el asalto sólo pudieron verle pasar dentro del coche -más bien intuir su figura a través de las ventanas tintadas-, debido al despliegue policial.

Anoche, el frío viento que soplaba desaconsejaba repetir tal experiencia, ni para dar ánimos ni para protestar en concentraciones, como la semana pasada.

De hecho, los únicos manifestantes que había en las inmediaciones -unas decenas de trabajadores de la Administración de Justicia, ya habituales en los mítines de Zapatero y que parecen tener su "caravana electoral" paralela a la del presidente- ni siquiera llamaban la atención de los informadores, y sólo unos pocos grabaron o fotografiaron su protesta, bajo una inmensa bandera republicana.

El jefe del Gobierno y el presidente del PP llegaron puntuales al Palacio Municipal de Congresos -como en la anterior ocasión primero Rajoy y después Zapatero- y fueron recibidos en las puertas por varios miembros de la Academia de Televisión -organismo encargado de la realización del debate-, entre ellos su presidente y anterior moderador, Manuel Campo Vidal, y el realizador Fernando Navarrete.

Ambos candidatos llegaron sonrientes al Palacio, ubicado junto al recinto ferial, y así posaron en dos ocasiones para los informadores gráficos, una en el exterior del edificio y otra ya dentro del mismo, donde los fotógrafos les pidieron continuamente que miraran al centro e hicieran algún gesto.

Rajoy volvía a llevar, a modo de talismán, la misma corbata de color granate que lució en el anterior cara a cara y que ya vistió en el programa de TVE "Tengo una pregunta para usted".

Los candidatos -que vestían traje oscuro- entraron al plató más sonrientes y relajados que en el primer debate y se volvieron a dar un apretón de manos que buscó Zapatero, a la vez que intercambiaron algunas palabras con la moderadora Olga Viza, que permanecía en medio de ambos.

Justo antes de que empezara el debate, posiblemente por un problema de sonido, los periodistas pudieron oír desde la sala de prensa algunas de las pruebas de sonido y así se escucharon palabras de la moderadora, a Rajoy hablando del calor que pasó ayer en León y al presidente del Gobierno contando nada menos que hasta 27.

El jefe del Gobierno y el presidente del PP también se mostraban mucho más relajados y seguros de sí mismos en el transcurso del cara a cara.

Tanto Zapatero como Rajoy han contado con el mismo equipo de seis asesores en el caso del jefe del Gobierno y de cinco en el caso del líder del PP -que volvió a incluir a su amigo personal Tomás Iribarren-, que en ningún caso han tenido contacto con los periodistas acreditados.

Ambos candidatos han vuelto a contar con un maquillador propio, el de Rajoy fue Tono Sanmartín, que, además, dio los últimos retoques a Olga Viza en el plató.

Como ya pasó en el primer cara a cara, sólo una persona de ese equipo ha podido hablar y comentar la marcha del debate con los candidatos en el único intermedio que ha habido.

Angélica Rubio, directora de Coordinación Informativa de Moncloa, ha sido la persona que entró en el plató para charlar con Zapatero, en tanto que Pedro Arriola, asesor de Rajoy, pudo intercambiar impresiones con el presidente del PP.

De los pocos cambios con respecto al primer cara a cara fue la ubicación de los candidatos, ya que esta vez Zapatero se sentó a la izquierda de la moderadora Olga Viza y Rajoy lo hizo a su derecha.

Los más de 400 informadores, mientras esperaban la llegada de los dos candidatos, daban cuenta de los -esta vez- escasos canapés y bebidas facilitadas por la organización, mientras protestaban por la ausencia de cerveza, ya que únicamente servían sin alcohol.

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