Aunque viva instalada en lo más alto de las listas de ventas, los últimos libros de Zoé Valdés (La Habana, 1959) no han sido los más exitosos de su producción. Ni Bailar con la vida, ni La cazadora de astros ni La ficción de Fidel han gozado del predicamento de Te di la vida entera, finalista del Planeta, o de La nada cotidiana, aquel gran primer éxito internacional de cuya salida a la luz se cumplen ahora 15 años. Tal vez por eso, la escritora ha sentido la necesidad de volver sobre aquella historia para lanzar El todo cotidiano (Planeta), donde recupera al personaje de Yocandra, pero la proyecta sobre el París del refinamiento y el glamour.
Apenas ha empezado la promoción y Valdés ya sabe que pasará mucho más tiempo hablando de La Habana que de la capital francesa, donde reside. "Pero en esta novela no trabajo los lugares comunes, tanto que algún lector me ha dicho que París no estaba presente", aclara. "Pero el París en el que se encuentran es muy normal, donde conviven otros exiliados. Es una historia de exilio: muchos creyeron que se iban de Cuba por poco tiempo, y en algunos casos ha sido por 50 años", agrega la autora.
Resulta llamativo que las novelas de Zoé Valdés describan siempre situaciones dramáticas -el propio exilio, la terrible aventura de los balseros- y sin embargo siempre se las apañe para poner una sonrisa en el relato. "El desgarro siempre existe, es inevitable, pero creo que mi estilo está entre Celia Cruz y Buster Keaton. En el fondo creo que uno aprende mucho más a través del humor que de la melancolía. No es fácil entender a un personaje en desacuerdo consigo mismo, pero a través del desenfado se llega mejor al problema".
La novelista lleva de hecho 15 años viviendo fuera de Cuba, y asegura que el exilio "es una enfermedad crónica, y no sólo para los cubanos. De alguna manera, todos los exiliados tienen los mismos tics, reacciones y respuestas, vengan de donde vengan", dice.
EL DESENLACE. ¿Logrará la sucesión de Fidel Castro descomprimir esa situación? Zoé Valdés cabecea: "Creo que el desenlace durará años, pero en algún momento tiene que suceder. El modo en que suceda, ésa es la duda. Creíamos que todo iba a acabar con la enfermedad de Fidel Castro, y resulta que no sólo es que todo esté igual, sino que Chacumbele I ha vuelto", dice en relación al personaje de un famoso danzón, del que se dice que "él mismito se mató".
Con no poca acidez, uno de los personajes de El todo cotidiano tiene por nombre Raúl Fidel y se trata, según la escritora, "del personaje donde más ficción he puesto, pues reúne demasiadas cosas imposibles en sí mismo. Pero lo he imaginado pensando en algunas personas que he conocido por ahí, ese tipo de cubano que viene a hacerte el cuento, que está para la maldad... Tiene mucho que ver con el pícaro español, pero también con los totalitarismos, con esos sistemas donde tienes que estar mutando constantemente para que nunca se sepa de verdad quién eres", agrega.
Por último, otro de los ingredientes que no faltan en las obras de Zoé Valdés es cierto perfume poético, pues fue precisamente en la poesía donde hizo sus primeras armas literarias la cubana. No obstante, subraya que "un poema y una novela son dos estructuras completamente diferentes. Lo que quería era que los momentos poéticos de la historia fueran más importantes que el lenguaje poético", concluye.
