En medio de los recortes presupuestarios y cuando se alega que no existe dinero para nada, salvo para lo básico e imprescindible, el Ayuntamiento de Sevilla ha colocado 20 millones de euros en cuentas bancarias a plazo para obtener la máxima rentabilidad posible. Se trata, dice el Consistorio, de excedentes de tesorería, esto es, el sobrante de la caja destinada a afrontar pagos inmediatos.
El paquete se ha repartido en tres tandas, una de 14 millones invertida en la entidad andaluza Unicaja a un plazo de un mes y al 4,5% de interés, y dos en el grupo catalán Banco Sabadell, la primera de 4 millones a 3 meses y al 3,85% de rentabilidad y la segunda, de 2 millones a 6 meses y con un rendimiento del 4%. Fuentes financieras consultadas por este periódico calculan en 131.000 euros la cosecha por estos tres depósitos, de los que no cabe disponer hasta el vencimiento, de ahí que sean imposiciones a corto plazo.
La operación fue aprobada a finales de diciembre pasado, después de una convocatoria pública a la que concurrieron, además de las dos entidades citadas, La Caixa, Banesto, Bankia, Banco Popular y BBVA, que presentaron sus respectivas ofertas para los 20 millones -es decir, te doy tanto por este dinero si me lo dejas durante equis tiempo-. Al justificarla, la Delegación de Hacienda y Administración Pública, dirigida por Asunción Fley, explica que se trata de "excedentes de tesorería" y su colocación no mermaría la liquidez inmediata para afrontar pagos comprometidos por Plaza Nueva.
En otras palabras: el Ayuntamiento calcula cuánto necesita para gestionar el día a día de aquí a uno, tres y seis meses, y el sobrante se dedica a imposiciones bancarias a plazo sin comprometer la caja, sin pasar ahogos, dejando, pues, el dinero suficiente para nóminas, proveedores, inversiones, imprevistos, etcétera. En suma, se trata, como haría cualquier hogar, de sacar el máximo provecho posible, si bien las familias suelen optar por plazos mayores -más tiempo, más rentabilidad-, un riesgo, el de tener inmovilizado los fondos durante más de 6 meses, que el Consistorio no se podría permitir.
Este sobrante de 20 millones marca dos grandes diferencias respecto a años anteriores. Primera, y su propio nombre lo indica, se estima que hay un remanente del que cabe disponer y rentabilizar. Y segunda, que no existe asfixia en el Consistorio ni, por tanto, tampoco la urgencia de acudir a los tradicionales créditos con los que afrontar pagos del arranque del nuevo ejercicio.
Déficit // Cabe tener en cuenta, asimismo, que la legislación estatal sobre contención del déficit en las administraciones públicas obligaba al Ayuntamiento a cerrar 2012 con superávit de tesorería y a absorber el remanente negativo (números rojos) que se arrastraba de ejercicios precedentes, que Fley cifró en 33,4 millones -se incumplieron los planes de reequilibrio presupuestario-.
Hasta aquí, todo ok. Sin embargo, el contexto en el que afloran esos excedentes, marcado por los recortes y las restricciones presupuestarias, da alas al Grupo Socialista para criticar la operación. "No podemos avalar esta gestión. Se están dejando inmovilizados 20 millones cuando no hay un plan de empleo y se anticipa dinero para el pago de la deuda a la banca, cuando ésta ya está bien atendida con el rescate estatal y las ayudas púbicas", señala la concejal Susana López, quien insta al alcalde, Juan Ignacio Zoido, "a rectificar". "La rentabilidad no se busca en los bancos, sino en prestar servicios de calidad y en el empleo", agrega la edil, quien recuerda, además, el aumento de tasas municipales para 2013 "cuando existe ese sobrante de tesorería". "Y luego no hay dinero para nada", concluye.
