El Debate del Estado de la Ciudad , el nuevo formato de pleno ideado por el Ayuntamiento para hacer un balance del año, arrojó poco análisis, muchos reproches del gobierno a la oposición -y viceversa- y a punto estuvo de quedarse sin propuestas. Apenas llegaron al plenario las que aportó el PSOE, bajo el lema Unidos por Sevilla y que no fueron atendidas por el PP; y las del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que apuró ya al final, en la última intervención del día y sin réplica de por medio, para tomar la palabra, achacar las posibles limitaciones de su gestión a la "herencia recibida" -de lo que dio debida cuenta antes el portavoz del Grupo Popular, Juan Bueno- y prometer "cinco oportunidades" con las que confía en generar empleo en la ciudad a lo largo del próximo año.
Zoido lanzó, dentro de esta batida de medidas, la creación de un plan de empleo "propio", cuestión que ya había demandado la oposición desde el inicio de mandato con unas mociones que fueron tumbadas bajo el argumento de la escasez de fondos. A falta de una mayor concreción, este plan arroja como novedad un programa de formación profesional encaminado a nutrir a sectores productivos específicos de Sevilla (patrimonio, turismo, hostelería o medio ambiente) y una oferta de prácticas a licenciados universitarios en paro menores de 30 años, similar al programa Praxis que puso en marcha hace un par de años la Diputación de Sevilla.
Lo demás en materia de empleo es más conocido, caso de la voluntad del alcalde de mantener planes cofinanciados (Andalucía Orienta, Redes, escuelas taller o talleres de empleo, entre otras), aunque condicionados a que la Junta adelante su parte, requisito que ya tenía fijado el gobierno local durante el último año. También anunció un Plan Director de Economía y Empleo, pero del que poco se sabrá hasta su puesta en marcha en septiembre.
El resto de "oportunidades" de Zoido se presentaron bajo el prisma de novedad, aunque parten de ideas que, en su mayoría, abordó el anterior gobierno, como la creación de 53,7 kilómetros de carriles bus taxi en los que, además, podrán circular motos y coches eléctricos; o la adaptación de la estación del Prado para centralizar los servicios de autobuses turísticos. A esas medidas, también añadió como nuevas prioridades el anunciado plan de choque contra los gorrillas, cuya erradicación señaló hace un mes como su gran traspiés y al que incorporará una nueva ordenanza y la petición a la Fiscalía para que actúe en caso de reincidencia; la incorporación -también conocida- de 103 nuevos agentes de la Policía Local, la creación del agente de enlace de la Policía para recoger las quejas ciudadanas y, por último, la inversión de cinco millones para renovar el servicio de limpieza de viaria con unos equipos dotados "con las últimas tecnologías".
Además de estas oportunidades, Zoido edulcoró el debate con una nueva agenda de prioridades, como la de campaña, al plantear siete acciones a desarrollar como la obtención de la Zona Franca , la búsqueda de un convenio a tres bandas para construir la SE-35 (indispensable para que Ikea se instale en Sevilla) , la Ciudad de la Imagen y otros proyectos que, en los próximos meses, se moverán en el marco de la tramitación.
CRÍTICAS
Ese colofón de medidas no ocultó un Debate del Estado de la Ciudad crispado, en el que el PP se parapetó en el discuro del lastre dejado en el gobierno anterior, mientras que la oposición reprochó lo que consideraban un escaso bagaje del gobierno local, sobre todo en materia de empleo. El único oásis que alejó de la crispación fue el mensaje del portavoz del PSOE, Juan Espadas, que planteó 25 medidas concretas de reactivación de la economía local, entre ellas la petición formal al alcalde que reuniera a las 50 empresas más productivas de la ciudad para que reinvirtieran y aportaran ideas para generar empleo. Esas ideas ni siquiera fueron tenidas en cuenta y fueron criticadas por el PP, que reprochó a Espadas que trabaje en alternativas como las de un hotel en la Gavidia, cuando la aspiración del gobierno local es que la comisaría acoja una superficie comercial.
En ese clima, el de las críticas, se movió un Debate del Estado de la Ciudad donde no faltaron ni las protestas en la calle, esta vez de los trabajadores de Mercasevilla, ni dentro del plenario, donde se pronunciaron la Corrala Utopía, los vecinos que han ocupado un bloque de pisos en San Lázaro y que denunciaron que les habían cortado la luz y el agua. El primero en abrir la confrontación fue el portavoz del Grupo Popular, Juan Bueno, que no dudó en hacer alusión a la "difícil herencia", que cifró en 700 millones de deuda, y que están gestionando "con austeridad y eficiencia" y "cero escándalos". En esto último, ya se topó con las quejas del portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, que le recordó "los casos de enchufismo en los distritos", además de cuestionar "la inacción" del gobierno y que las nuevas atribuciones de Zoido -ahora nominado a presidente del PP andaluz- le impidan, como prometió, dedicarse las 24 horas a Sevilla. Sobre la herencia también intervino Espadas, que pidió a Zoido que "se deje de justificaciones" y "presente resultados", a la vista de que su crédito se está agotando, por lo que exigió al alcalde a que "ejerza un mayor liderazgo".