Alcaldes contra el cambio climático
Las ciudades son clave en la lucha contra el cambio climático. 11 municipios andaluces participan en el innovador proyecto europeo ‘Empowering’ para que técnicos y responsables políticos aprendan habilidades en la batalla local contra el cambio climático desarrollando su propio plan de acción
Dos terceras partes de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del uso de fuentes de energía convencionales (combustibles fósiles), por lo que la aplicación de políticas de eficiencia energética resulta clave para lograr el objetivo final de evitar que la temperatura del planeta aumente por encima de 2ºC a finales de este siglo. Por eso las políticas europeas en materia de energía y clima están estrechamente ligadas, en especial en el marco de las medidas encaminadas a la mitigación del cambio climático.
El pasado 17 de enero de 2018 el Parlamento Europeo aprobó, por abrumadora mayoría, el objetivo vinculante de ahorro energético y aumento de la cuota de energías renovables al 35 por ciento para el año 2030. Este objetivo se alinea con los recientes acuerdos en materia de eficiencia energética adoptados en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, concretamente en las reuniones celebradas en París (COP21, 2015) y Bonn (COP23, 2017).
El acuerdo adoptado por el Parlamento Europeo se alinea con la necesidad de avanzar en una transición energética global que permita cimentar una economía de bajo uso de carbono, más sostenible a medio y largo plazo. También pretende reafirmar el liderazgo europeo en la aplicación del Acuerdo de París, por medio de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, un aspecto clave en la transición hacia sociedades y modelos económicos más resilientes al cambio climático. De esta forma, el Parlamento insta a los Estados miembros de la UE a establecer las condiciones necesarias, por medio del desarrollo de medidas nacionales encaminadas a alcanzar los objetivos fijados, las cuales serán posteriormente revisadas de acuerdo a las nuevas normas sobre la gobernanza de la Unión de la Energía.
Si bien se ha producido un avance significativo de los compromisos en materia de mitigación del cambio climático y de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a escala nacional y transnacional desde el Acuerdo de París, es preciso incidir en que estos objetivos y compromisos sean también trasladados al ámbito de las autoridades públicas locales, en particular al ámbito de las ciudades. Las Administraciones regionales, comarcales y municipales deben también asumir un papel protagonista en la lucha contra el cambio climático y en la aplicación de medidas de eficiencia energética, para lo cual deben desarrollar planes, programas y estrategias que integren diferentes ámbitos sectoriales.
En esa dirección se orienta el Pacto de los Gobiernos Locales ante el Cambio Climático (Pacto de los Alcaldes) que constituye la mayor iniciativa urbana europea en materia de clima y energía. Impulsada por la Comisión Europea y apoyada por la Junta de Andalucía, el Pacto de los Alcaldes agrupa a miles de autoridades locales, regionales y sus ciudadanos con el compromiso voluntario de aplicar en sus territorios los objetivos climáticos y energéticos de la Unión Europea en la lucha contra el calentamiento global. Tiene como principal protagonista a las corporaciones locales, que son las que aprueban los Planes de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES) y las que se comprometen a desarrollarlos en un determinado horizonte temporal. Estos planes de acción incluyen medidas y objetivos específicos relacionados con la reducción del consumo de energía y con el aumento de la proporción de energías renovables.
La experiencia de la iniciativa del Pacto de los Alcaldes ha puesto de manifiesto, en términos generales, que la efectividad de los compromisos y medidas adoptadas requieren de un proceso técnico-político complejo, en el que deben participar una gran variedad de ámbitos sectoriales y actores implicados. La elaboración e implementación de los primeros planes de acción precisó, en algunos casos, de la activación de auténticos modelos de gestión integral e, incluso, del desarrollo de mecanismos de gobernanza específicos.
En determinados contextos, la ausencia de medios que facilitaran una gestión integral de las diferentes áreas vinculadas al clima y la energía, supusieron importantes condicionantes. Sin embargo, en otros, la puesta en marcha de instrumentos y mecanismos que garantizaban la coordinación intersectorial, permitió la aplicación de interesantes soluciones innovadoras en materia de transición energética a escala local y de adaptación frente a los riesgos derivados del cambio climático.
Una de las grades lecciones aprendidas en el marco del Pacto de los Alcaldes, es que resulta estratégico dotar a los responsables políticos, funcionarios y técnicos de las corporaciones locales de capacidades, instrumentos y criterios técnicos multidisciplinares (ambientales, económicos, sociales) que permitan la aplicación de enfoques transversales en la definición de compromisos y en la aplicación de las medidas encaminadas al cumplimiento de los objetivos establecidos.